Luego de leer la nota escrita por Diego Latorre (@dflatorre) para Diario Olé sentimos la necesidad de analizarla para entender si nos encontramos con un periodista que critica constructiva o destructivamente, esto es, críticas extemporáneas y absolutas con respecto al juego y no relativas a la realidad del seleccionado, motivadas principalmente por gustos personales sin argumentos consistentes que las respalden.
Link a la nota originalComienza el ejercicio, saquen sus propias conclusiones (en cursiva la nota; en negrita la respuesta, en negrita y verde lo destacado)
En busca de una defensa confiable
El paso de la Selección en estas semanas dejó algunas afirmaciones y muchas preocupaciones. Las afirmaciones las dio Messi, el mejor jugador del mundo. Las preocupaciones pasaron hacia el fondo. Quedó en evidencia la falta de sincronización, de coberturas, todo el engrase defensivo (*) que le permite a un equipo unir líneas, achicar para adelante o para atrás. Es deuda futura encontrar una estructura fiable que respalde la genialidad de los de arriba.
El inicio del texto hace foco en las "muchas preocupaciones" por el rendimiento estas semanas que, curiosamente, vieron al seleccionado ganador con un inobjetable y contundente 4-0 a Ecuador por Eliminatorias (desde 1960 no se le marcaban más de 2 goles en la competencia), y otra victoria 4-3 a Brasil (demás estaría aclarar la jerarquía de los brasileros), en la cual se le convirtieron 4 goles después de 52 años y se recibieron 3, esto último un hecho habitual con repeticiones en 2008 (Maradona), en el papelón de la final de la Copa América 2007 (Basile), en 2006 (Basile de nuevo), en 2000 y 2004 (Bielsa).
Cada uno evaluará, entonces, el oportunismo.
Hay tres factores que se entremezclan en el diagnóstico de este déficit defensivo.
Veamos...
El primero es que Argentina todavía no tiene un patrón de juego establecido. Da la sensación de que todo está por armarse, por construirse. Entonces no queda claro cuál es el perfil de defensor que se busca.
Entendemos que el "patrón de juego" es una parte de la estrategia. En tal caso, informamos algo que es conocido: Sabella nunca establecerá una estrategia única; por lo tanto carece de utilidad constructiva criticarlo tras cada partido de la Selección porque es la ideología del Director Técnico, como la ideología de los anteriores era "jugar como el Barcelona" (?).
Volviendo al análisis (y siendo buenos en la interpretación de "perfil que se busca"), un defensor con nivel de Selección Nacional no estaría capacitado para jugar de stopper o de segundo marcador central, de lateral o de carrilero 10 metros más adelantado. Lamentablemente Pep Guardiola debe tener el mismo inconveniente, dado que hay partidos que juega con 3 o con 4, asi que Dani Alves y Adriano se deben desorientar seguido.
Desde nuestro humilde (?) punto de vista, un defensor que juega en la Selección Argentina debe poder desempeñarse correctamente en los puestos que son de su competencia, tal como lo hacen en el Barcelona o en cualquier equipo de primer nivel.
El segundo tiene que ver con el poco tiempo de trabajo de campo. Los ensayos deberían servir para fortalecer una idea y, así, evitar caer en la improvisación.
Indicar que no hay tiempo de trabajo en la Selección es como comprarse una bicicleta y quejarse de que tiene dos ruedas. Sabella, justamente, es de los entrenadores que más trabajan el sistema defensivo -notar que no utilizamos el término "defensa"-, hay una gran oportunidad de aprendizaje en este blog donde pueden escuchar a Alejandro explicando lo que hizo en Estudiantes. En cambio sí podría atribuirse esta crítica a Basile, que estaba cansado de trabajar la defensa porque lo aburría (?). Link a los videos explicativos
Es positivo que un equipo piense en los detalles, pero primero debe cumplir con los criterios generales. Si no hay criterios generales, los detalles pasan inadvertidos.
¿Cuáles son los criteros generales? ¿Es la misma crítica que acarreamos desde el inicio de la columna acerca de la necesidad particular del crítico de definir "para siempre" si se juega con 3 o con 4 en el fondo?
¿Cuáles son los criteros generales? ¿Es la misma crítica que acarreamos desde el inicio de la columna acerca de la necesidad particular del crítico de definir "para siempre" si se juega con 3 o con 4 en el fondo?
El tercer factor es más personal, el de las soluciones individuales que deberían aparecer en las instancias y situaciones límite.
Entendemos que acá, disimulado y casi escondido, Diego expone el principal problema de Argentina, la falta de jerarquía en los defensores.
Entendemos que acá, disimulado y casi escondido, Diego expone el principal problema de Argentina, la falta de jerarquía en los defensores.
Hablar en la defensa es tan importante como marcar. En determinados momentos una palabra puede alentar a un cierre. De ahí la necesidad de dar con jugadores con personalidad, con voz de mando, con ese don que no se inventa. En la actualidad abunda el futbolista dependiente, obediente, autómata, y no se ve con buenos ojos al extrovertido. Bienvenida una porción de rebeldía, sobre todo en un equipo que no está afianzado. Fabricio Coloccini, que viene de una buena temporada, podría ser una interesante variable.
Un poco de teoría del fútbol donde agregamos que hablar no sólo alienta un cierre sino que prácticamente obliga al mismo, en general si un central grita cerrá, hay que cerrar.
Retomando el análisis es evidente la reprobación a Sabella por ser un DT que no ve con buenos ojos al extrovertido (?). Se deduce que los defensores argentinos no hablan (?) y no tienen personalidad ni voz de mando, pero el jugador rebelde sí (?). Asumimos que Passarella o Ruggeri contaban con esta cualidad particular y que la rebeldía no es una característica de Otamendi, Fernández o Garay.
¿Coloccini es el jugador extrovertido que sería la solución a 10 años de defensores desprovistos de jerarquía? ¿Cómo no lo vieron Pekerman, Basile, Maradona ni Batista?
Pero resulta vago proponer a alguien dado que no se sabe si Sabella quiere defensores que despejen, que dominen en campo contrario, que se despreocupen por la pelota. Algo similar ocurre con los laterales, posición que dejó de ser sexy y en la que se ensayaron cambios en pleno clásico.
Por tercera vez en la nota se repite la crítica del principio y a esta altura confunde al lector poco avezado en el tema dando a entender que no armar una defensa permanente con 3 o 4 -repetimos, como también hace Pep- implica que las características del defensor buscado puedan variar entre despejarla, dominar la pelota o despreocuparse de ella (?). En este punto nos cuesta identificar el proceso de deducción lógica utilizado.
En suma, Argentina no tiene todavía un defensor que diga con seguridad que el puesto es absolutamente suyo. Resultaría oportuno armar un ecosistema en torno a algún referente. Es decir, emular lo que se hizo en torno a Messi.
Coincidimos en el deseo de tener un Perfumo.
La analogía con un ecosistema (?) preferimos evitar analizarla.
De lo contrario, seguiremos sin complemento, sin raíces de donde agarrarnos y con las mismas preocupaciones defensivas crónicas.
Tranquilo, estimado Diego, hay que tener un poco de paciencia y permitirle trabajar a Sabella. Alejandro sabe más que nadie (y particularmente mucho más que sus predecesores) que la defensa es la principal falencia.
La paradoja son las críticas desde el mismo sector del periodismo cuando el DT quiere fortalecer esa zona con más jugadores.
Coincidimos en el deseo de tener un Perfumo.
La analogía con un ecosistema (?) preferimos evitar analizarla.
De lo contrario, seguiremos sin complemento, sin raíces de donde agarrarnos y con las mismas preocupaciones defensivas crónicas.
Tranquilo, estimado Diego, hay que tener un poco de paciencia y permitirle trabajar a Sabella. Alejandro sabe más que nadie (y particularmente mucho más que sus predecesores) que la defensa es la principal falencia.
La paradoja son las críticas desde el mismo sector del periodismo cuando el DT quiere fortalecer esa zona con más jugadores.
Aquí finaliza la nota, en toda la columna no hay ninguna referencia al funcionamiento ofensivo de la Selección ni al rendimiento superlativo de Messi, algo que se está reclamando desde 2006 y no lo lograron Pekerman, Basile, Maradona ni Batista: que la Pulga juegue como en el Barcelona. Con Sabella metió 9 goles en 9 partidos (8 en los últimos 4) con dos hat-trick, pero es evidente que no es trabajo ni funcionamiento colectivo, es casualidad (?).
Eso sí, al menos disfrutemos que Lionel ya no juega más de "5" como con los DTs anteriores.
Esperamos que Diego pueda leer esta respuesta para revisar su postura y definir si elige ocupar el lugar de periodista desestabilizador de los 80 (Blanco, Búsico, Panno, Pagani, Wolff) o bien desea acompañar este proceso como un periodista profesional y serio (Victor Hugo, Muñoz, Macaya Márquez).
Entendemos lo difícil de manejarse en su entorno, lo conocemos, pero esperamos -y deseamos- que pueda superarlo. Y si no, aquí estaremos para seguir discutiendo de fútbol y ética profesional (desde el punto de vista de la Comunicación Social).
Abrazo rojo y blanco,
El Brujo
@elbrujoXI
Abrazo rojo y blanco,
El Brujo
@elbrujoXI
(*) Asumimos que en la búsqueda de términos para la nota hubo un error en la elección de la palabra engrase. La frase "todo el engrase defensivo..." carece de significado. La grasa no permite a un equipo unir lineas o achicar para adelante o para atrás. Entendemos que la frase adecuada era "engranaje defensivo" o, intentando alternativas, "le falta grasa al engranaje defensivo". Según algunos autores (?), "la defensa no engrana".
Lindo palazo a Latower.
ResponderBorrar"El segundo tiene que ver con el poco tiempo de trabajo de campo. Los ensayos deberían servir para fortalecer una idea y, así, evitar caer en la improvisación."
Ahí no sé si quiso decir que Sabella tiene poco tiempo, o que trabaja poco en eso.
La verdad, creo que los periodistas son incogruentes. Primero exigen resultados, y cuando los hay, se quejan del sistema defensivo, o de cualquier cosa.
Hubo un momento con Basile que los resultados acompañaron (Copa América 2007 más que nada) y cuando perdió contra Brasil, aparecieron las críticas. Ni hablar Bielsa, tuvo una Eliminatoria brillante, opacada por el fracaso del Mundial 2002, y estuvo 2 años bancándosela. Renunció después de los Juegos Olímpicos, y ahí recién se dieron cuenta del técnico que perdimos.
Claro que el único atenuante que tiene Latorre es que lo scribió en el diario Olé, donde Pagani y Farinella tienen voz de mando y coronita. Y como Riquelme no está en la Selección, hay que criticarla.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarQue tipo hijo de puta este Latorre eh, sucio de mierda.
ResponderBorrarEntiendo que se refería al poco tiempo de trabajo, doy por descontado que no cuestiona el tiempo que le dedica Sabella a entrenar porque eso sí sería el colmo...
ResponderBorrarExcelente análisis Brujo! Latorre insinuó despegarse un poco de la idea vendehumo pero con esta nota le pifió mal
ResponderBorrarFelicitaciones Brujo!Gran nota!
ResponderBorrarSi no te conociera, diría que este análisis es digno de alguien que acaba de cursar Comunicación y Cultura... habría que incluirlo como material obligatorio de lectura para la cátedra!
Ojalá el tiempo nos dé la razón, y le cerremos el orto a estos pseudoperiodistas que hoy abundan en los medios.
...
ResponderBorrarLatorre?
Comenta como jugaba: como un puto
...
Brujo crá
...
...
ResponderBorrarRoland Barthes?
Umberto Eco?
Noam Chomsky?
Ferdinad Saussure?
Nones...
El Brujo!!!
...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarLatorre me parece un periodista sin demasiado peso, apenas un ex-futbolista al que le dieron un micrófono. No es malo, pero sí intrascendente. No creo que lo que escriba y diga lo haga con mala leche, pero aún si lo hiciese, no es tan importante como para trabajar de desestabilizador.
ResponderBorrarAdemás, la edad que tengo me permitió vivir la época de Zubeldía donde nos daban sin asco ni miramientos, así que podrán entender que al lado de aquellos periodistas verdaderos pesos pesados que nos trataban como delincuentes, lo de Latorre apenas me parece una cosquilla.
Respeto el trabajo que se tomó el Brujo al hacer este análisis, pero me parece al p...
No hay que darle tanta bola a lo que digan los periodistas. Si el propio Sabella ha demostrado que les interesa poco, no veo por qué nos tiene que interesar a nosotros.