miércoles, junio 25

Argentina 3 - Nigeria 2: Nos hicieron dos goles

Foto: FIFA
Tres jugados, tres ganados, puntaje ideal para clasificar a octavos de final del Mundial 2014. Buen partido de Argentina, con concentración, movilidad y llegadas repartidas entre todos los jugadores con vocación ofensiva. 

La entrada de Lavezzi por Agüero (lesionado) le dio otro aire y mayor orden al ataque argentino, porque el Pocho se tiró más a la derecha y Argentina se acomodó con un 4-4-2 con Lavezzi y Di María abiertos y Messi-Higuaín arriba. 

Bien por Marquitos Rojo, con el pasar de los partidos fue demostrando porqué Sabella confió en él. El gol fue un  merecido premio para un tipo que fue blanco de los dardos venenosos de gran parte de los medios y opinión pública, que ahora lo elogia y no se hace cargo de la cantidad de pavadas con las que llenan horas de televisión y radio y varias hojas de los diarios. 

Sabella habló apenas terminó el partido y lo primero que dijo fue que nos hicieron dos goles. Así de autocrítico es Alejandro Magno, que se banca como un duque las críticas (de)constructivas que aparecen después de cada partido. No importa si ganamos, empatamos o perdemos (hasta ahora solo ganamos), siempre el foco va a estar en los puntos negativos, en las cosas que "preocupan". A la vez son los mismos que te tiran "estamos para campeones", o "este Mundial está para Argentina" (?). 

A ver si queda claro, si quieren un equipo más ofensivo obviamente nos vamos a "descuidar" atrás, así fue como jugó Argentina gran parte de las Eliminatorias. Lo interesante y valioso del equipo de Sabella es que pueda tener la versatilidad para acomodarse a un esquema u otro según las circunstancias y los rivales. 

Ahora a esperar, se vienen octavos, más que nunca, #SoldadodeSabella.

¡Feliz San Mazzoni!

Se cumplen 19 años del histórico gol de Javier Mazzoni que arruinó las posibilidades de que Gimnasia gritara campeón por primera vez en su historia. Al igual que en esta temporada, en la que el Lobito volvió a arrugar y ascendió a Primera División siendo subcampeón, la "Chancha" Mazzoni en 1995 dejaba el estadio del Bosque mudo y sin querer se transformaba en un nuevo ídolo Pincha.

Fue tal la repercusión del gol, que el ex-delantero de Independiente es mayormente recordado en el ambiente futbolero por esta gesta que por algún otro logro deportivo. Incluso tiene una filial a su nombre, a pesar de no haber vestido nunca la camiseta Pincha.

En una entrevista con el Diario Olé en el 2001, Mazzoni retribuía con un (certero) cumplido, tanto cariño del hincha de Estudiantes: "El sexto grande es Estudiantes, porque fue el primer equipo de los denominados chicos en hacer furor. Ganó todo a fines de los 60: tres Copas Libertadores, una Intercontinental, una Interamericana. Y a principios de los 80 metió dos campeonatos locales seguidos. Además, saca jugadores y tiene una hinchada maravillosa, que lo sigue en las buenas y en las malas".

Gracias por tanto Chancha!




martes, junio 24

Filosofía Bilardista

Darío indicando que le gusta jugar con 5 defensores (?)
Con el debido permiso de @sztajnsrzrajber, reproducimos la nota que escribió para el Diario Perfil, un texto que no encuentra internet un lugar más apropiado que este espacio bilardista.
Entre tanta filosofía menottista de bares, oficinas, redacciones y estudios de televisión, nuestra escuela expone su posición sin improvisaciones de la mano de un profesional como Darío.
Dispónganse a disfrutar de la hermosa filosofía bilardista que, lejos de hipótesis, presunciones y juicios morales, nos conduce con un proceso lógico a deducir desde el razonamiento lo que los bilardistas siempre supimos desde el corazón: jugar bien es ganar.

Del Resultadismo a la utopía del fútbol lindo
Hay una línea ambigua que divide el resultadismo del buen juego. Es ambigua porque es discutible el concepto mismo de buen juego. ¿A qué se refiere ese “bien”? Se lo asocia, según algunos, a la belleza. Jugar bien es jugar lindo. Pero se confunden así las nociones de bien y de belleza, como si un buen juego tuviera que ver con rescatar cierta estética que todo juego posee. Y que es cierto: lo tiene. Pero como toda estética, se vuelve imposible de medir. Salvo que exista una disposición reglamentaria que cuantifique belleza y sea posible contabilizar, por ejemplo, cuántos caños, rabonas, jueguitos realiza cada equipo. O pensar en algún sistema de jurados, como en los concursos de belleza, donde además de los goles se otorguen puntajes por el modo en que juega cada equipo. Claro que todo ello implicaría un debate sobre cuáles son las formas estéticas predominantes, ya que la belleza no es universal y todo recaería en el buen gusto de un potencial jurado. Pero el problema se volvería también económico: ¿rendiría como negocio una especie de Harlem Globetrotters del fútbol? O antropológico: ¿sublimaría igualmente así el fútbol nuestros instintos de violencia?
Se puede asociar también el buen juego con el cumplimiento de lo que el juego dictamina. Pensemos qué significa la palabra “bien”. Jugar bien es realizar lo que el reglamento del fútbol establece. El reglamento podrá o no gustarnos, pero no habla de belleza. Sólo postula normas que legislan cómo es el juego y quién triunfa en la competencia. Y no es que estemos haciendo una apología de la regla. Solamente diferenciando al derecho de la estética: jugar bien es hacer más goles que el contrario. El fútbol es una competencia. Algunos lo disfrutan, otros los sufrimos, pero como competencia se juega bien cuando la regla se cumple; o sea, cuando un equipo gana y otro pierde.
Jacques Derrida diferencia la esfera del derecho de la justicia, y esa diferencia nos permite comprender que no es lo mismo que alguien gane y que haya ganado justamente. Es que el derecho nunca es pleno y la justicia es infinita. El derecho siempre ejerce la violencia porque se inclina por un tipo de interpretación de la justicia y deja otras afuera. Es que el fútbol como competencia necesita criterios claros para definir los modos en que se computan los resultados. Incluso, si hubiera jurados que levantan cartelitos, caeríamos en lo mismo: la interpretación del jurado también es un acto de violencia, una elección subjetiva de lo que cada uno de ellos consideraría como mérito. Y además, ¿quién elegiría a los jurados?
Está claro que el resultado nunca concreta la justicia, pero pone un límite necesario para que el juego pueda efectivizarse. Lo único que importa entonces es el resultado, pero el resto no sólo importa, sino que se vuelve, justamente por ello, utopía. Y la utopía habla de valores, de compañerismo, de grupo, de esfuerzo, aunque todo ello no cuente a la hora de perder el partido que más merecíamos ganar. No cuenta como resultado, aunque cuenta para otros aspectos del juego y de la vida. Ese es el valor de las utopías. Nos define. Define nuestra identidad, pero no define un partido. Por eso la línea entre el resultadismo y el buen juego es ambigua. Habrá quien opte sólo por los merecimientos y no se angustie frente a los resultados, y habrá quien incluso festeje más cuanto más injusto sea el resultado; pero entre los extremos podemos todavía seguir siendo ambiguos. Aunque siempre será mejor con la Copa del Mundo en la vitrina.

*Filósofo

lunes, junio 23

La estrategia menottista - Parte ll

Gonza criticando, esta vez desde la radio.
Apenas empezado el Mundial no podíamos ni queríamos perder la oportunidad de responder una nota publicada por Gonzalo Bonadeo en Perfil después de sólo dos fechas y dos triunfos del seleccionado.
Además de la clásica ignorancia menottista, la mala intención, la agresión y la mentira se conjugan en un combo violento para atacar deslealmente -basado en suposiciones, hipótesis inventadas, lugares comunes y presunciones- a un equipo que ganó los dos partidos pero que, aún de no haberlo hecho, tampoco debería ser blanco (ni este ni ninguno) de una crítica que excede completamente el deporte, una crítica extemporánea que emite juicios morales, políticos, de gustos y de merecimientos, entre otros. Lamentablemente el menottismo ha impuesto esta práctica de forma recurrente desde su gestación.

Es tan absurda la nota de Gonza Bonadeo, mezcla tantas cosas y está basada en tantas mentiras cruzadas que fue difícil seguirle el hilo para dar respuestas coherentes, sin embargo hicimos lo posible. En negrita, el Brujo.

El Universo debería dividirse entre aquellos que creen que los mundiales se crearon para ganar partidos de cualquier modo y aquellos que pensamos que, justamente en un Mundial, es donde deberían nacer las leyendas, triunfar los que realmente lo merecen y los que mejor juegan el juego y aspiran a trascender; ya no a transcurrir.
No podría haber empezado mejor, planteando divisiones como es digno de su esencia.
Sí, en 1930 el Mundial lo crearon para que nazcan leyendas (sic), no porque los países querían competir para ver quién era el mejor. Es como dice, las leyendas trascienden y los Campeones transcurren (?)

De tal modo, sería más fácil darles sentido a estas líneas. En todo caso, con lo fácil que es distribuir artículos a través de un mailing, evitaríamos discutir con quien no hace falta y podríamos desarrollar algún análisis sin que un número lo atraviese todo.
Bla bla bla

Todas las enciclopedias aseguran que Pitágoras nació antes que Johan Cruyff. Ninguna adosa un apéndice que aclare que, no por eso, hay que darle sentido matemático a un juego atlético e intelectual entre presuntos seres humanos.
¿Eh? ¿Presuntos seres humanos? ¿Pitágoras, Cruyff, matemática? Otra vez y más sorprendido aún… ¿eh?

A ningún fundamentalista del resultado –mucho menos a un experto en números– se le ocurriría admitir la posibilidad de que, por más que dos más dos sea cuatro, merecería ser cinco. O siete. Sin embargo, cuando de fútbol se trata, no dudan en circunscribir y/o condicionar todo análisis al resultado final.
Estimado hijo de Diego, nadie habla tanto de merecimientos e injusticia en un partido de fútbol como Cappa y vuestra escuela. El menottismo, ustedes, es el que califica de merecido o no un resultado. Bah, quizá escuché mal los últimos 50 años (?)
 
Tantas cosas suceden antes de que la tele muestre la placa final y el intercambio de camisetas, que este ejercicio reduccionista se acerca más a la lógica del juicio a Campagnoli que a una práctica deportiva.
Pensamientos personales de política comparando con fútbol, no sé, me recuerda al 1978 cuando también se mezclaban esos temas.
 
Yo me quedo plantado en mi lógica resultadista –fundamentalmente cuando gano– del mismo modo que, si sumo la mayoría de los votos, decido lo que se me cante el culo, se ajuste a derecho o no.
La lógica resultadista no es ganar únicamente, es trabajar únicamente para ganar. ¿Todavía hay que explicarlo a esta altura?

Acá debemos declarar principios y marcar claramente la diferencia: nosotros siempre respetamos las mayorías, como respetamos a otra gente, otras formas, otras ideas. Ellos no.
 
En un sábado futbolísticamente patético, frustrante e invasivo –resolví no demorar en ponerme a escribir porque siento que el entripado no se me irá ni mañana–, la Argentina se aseguró el pase a octavos. Y eso, en un Mundial, amerita que, por lo menos, moderemos la crítica a cuenta de un torneo que, a los tropiezos, jugando mal y messidependientes, finalmente nos acerque a la gloria.
Pero… jugamos con el ultraofensivo 4-3-3 que pedían, ese con el que Messi se siente cómodo, que le cambia la cara. Y también pusimos a los 4 fantásticos juntos que les gustan, esos que son tan talentosos que juegan sólos y no pueden quedar afuera… entonces ¿no les gusta lo que piden? Sugiero que enviar quejas a esta cuenta: @gonbonadeo1963.
 
Siento que muchísimos argentinos viven una Copa del Mundo mucho más desde la óptica del inclasificable subcampeonato del ’90 que desde los títulos de 1978 y 1986. Es decir que viven cada junio/julio cuatrienal aferrados infinitamente más a las cábalas, los albures, las tácticas indeseables y hasta las trampas que a la posibilidad de buen juego al que deberíamos aspirar desde una tierra mucho más fértil en talentos que lo que finalmente vemos expresado en nuestros seleccionados.
Quizá, como decía en el primer párrafo, el Universo se divide en dos, los que elegimos competir y llegar a la Final del 90, y los que eligen quedarse afuera penosamente pero respetándose (?) como Argentina 1982 o España 2014.
Ahora hablemos de las trampas que hace Sabella. Con semejante acusación imaginamos que como periodista tendrá algo más para decir, ¿no?

 
Subidos al bondi del oportunismo, la indigerible victoria ante Irán tiene otro color. Como la vida misma, en el fútbol también suele ser la negación una herramienta eficaz para pasar el momento. Tanto como, diluido el mal trago, despedaza cualquier posibilidad de aprender o modificar errores.
Aquí nos preguntamos como concluye genialmente -y de la nada- que ganar despedaza (!) cualquier posiblidad de aprender o modificar errores, siendo Bilardo quién, después de la final de 1986, les marcó a los jugadores los errores en los 2 goles de Alemania. Curiosa acusación, ¿no?
 
Como un Mundial es otra cosa –admítanlo: su sábado terminó siendo tan amargo como el mío por culpa de 90 minutos odiosos–, no pareciera haber mejor bálsamo que aferrarnos a la estadística para dar vuelta la hoja y borrar el archivo que pusimos a grabar con tanta ilusión.
Admitamos que nuestro sábado fue amargo como el de Gonza. Admitamos también que nos gustan las mismas películas, los mismos autos, la misma música. Admitamos que todo lo que le pasa y le gusta a él nos pasa y nos gusta a nosotros.
 
De tal modo, nos olvidamos de la impotencia colectiva y del dolor que provoca ver vulgarizados a fenómenos como Di María, Higuain o Agüero. De que en el reino de Messi la figura fue Romero y de que esta Argentina fue un equipo en el que, en la mayoría de sus 11 pares de pies, la pelota carece de destino. De un técnico que no tuvo ni idea de cómo modificar un universo de abulia e imprecisión y de que aprendimos nombres iraníes a fuerza de pánico.
¿“Pánico” por no poder meter un gol en un partido de segunda fecha?
 
¡Qué tanto cuestionamiento si, al final de cuentas, nosotros estamos adentro mientras los españoles y los ingleses juegan el tercer partido por la nada misma! Si los uruguayos y los italianos tienen que romperse los cuernos mano a mano para –apenas– ser uno de los 16 que siguen hasta la semana próxima y hasta los brasileños todavía tienen que sumar para clasificarse.
Es más. Hasta postergaremos la hora de salir a cenar para ver si empatan bosnios y nigerianos. Porque, ¿sabés qué? Si eso pasase, no sólo estaríamos clasificados sino que habríamos ganado el grupo. Y, decime, ¿qué otro equipo ganó el grupo antes de jugar el tercer partido?
Las primeras verdades -que alegrarían a todo competidor y a todo deportista- le duelen mucho, tanto que las utiliza irónicamente... ¿Raro, no? Bah, no tanto, en realidad no es motivo de alegría clasificarse antes de tiempo en un Mundial de cualquier deporte, ningún equipo esta buscando eso (?)

Así, la tarde va mejorando. Deja de importarme que, tras el fiasco del 5-3-2, haya fracasado el 4-3-3 y no tenga ni idea de cómo harán Sabella y sus muchachos para despejar el temporal de dudas que invadirá Cidade do Galo. Además, Messi sigue siendo argentino, aunque no cante el Himno.
Si después del 5-3-2 se la pasaron dando consejos (!) desde atrás de una computadora, ahora que no anduvo el 4-3-3 que pedían esperamos que nos digan como seguimos. ¿Ponemos un 2-4-4? ¿Cómo formarían el equipo en la play?
 
Ya está. Voy logrando ponerme en modo Mundial, ese que nos idiotiza como si Jessica Alba estuviese cruzando desnuda por nuestro living, guiñándonos un ojo.
¿Eh? Sin palabras. Sugerencia: ir a un teatro de revistas o alquilar una película XXX, quizá haya algún tema no resuelto por ahí.
 
Un poquito más y dejaré en el olvido a aquel torpe y amargo cronista que fui cuando el final del Mundial de Italia me encontró cubriendo Wimbledon y no supe festejar como corresponde a un argento de ley la más absurda contradicción entre estética, audacia y resultado de la historia del fútbol.
Si bien queda claro que la amargura la pudo superar (?), la torpeza no estamos tan seguros.
 
Asumámoslo. La historia, aquella del ’90, deja en claro que cada vez que llegamos bien, terminamos mal. Y que el asunto no es ver cómo lograr armonía entre los jugadores, sino que me den el banco y el vestuario de la cábala. 
Hubo un gran inicio y hay un enorme final, inexplicable por donde se intente analizar.
En el 90 empezamos mal con Camerún y llegamos a la Final, ¿no? ¿O eso fue en 1982? 
Fin.
Menottismo de base exponiendo toda su ignorancia, resentimiento e incoherencia tradicionales que, con las redes sociales, quedaron expuestas como nunca en este Mundial. Ojalá les sirva para evolucionar.
Ah, eso sí, les creemos cuando dicen que quieren que la Selección gane.

Click acá para ver la nota original en Perfil.
@vallainvicta

domingo, junio 22

De Bilardo a Sabella: Principios de nuestra escuela


Hojeando mi extensa biblioteca (?) encontré "De Zubeldía a Bilardo", editado por Sociedad Impresora Platense y con la coordinación general de Néstor Musotto. El libro recorre la historia futbolística de Estudiantes de 1965 a 1983, focalizando principalmente en el Metropolitano 1982, torneo ganado por el Pincha y que le significó a Bilardo el trampolín a la Selección Nacional.

Lógicamente me puse a leer algunas páginas donde Bilardo en primera persona brinda algunos conceptos para guardar en un cajón. Esto declaraba antes de comenzar la temporada oficial (Metropolitano 82): "El trabajo que pienso hacer es como el de una escuela; voy a tomar por ejemplo la sexta división y quiero que juegue al off-side, la quinta que marque hombre a hombre y la cuarta que haga zona. Esos pibes cuando lleguen a primera van a estar recibidos y de paso me van a servir para practicar con la primera para que éstos se vayan acostumbrando a cualquier tipo de marco...Claro, que para el trabajo que yo propongo, necesito tiempo".

"Cuando me hago cargo de un equipo reúno a los jugadores y les explico que yo quiero que el arquero saque la pelota con la mano, se la dé al cuatro, el cuatro al dos, el dos al diez para que la mate con el pecho y se la cruce al siete, el siete levanta la cabeza y se la mete al nueve y el nueve de taquito hace el gol...Eso va a ser lo que queremos, ahora hablemos de lo que podemos...Así vamos formando conciencia sobre nuestras posibilidades, puliendo errores y volcando todo nuestro trabajo hasta arribar al equilibrio total..."

El Magno tiene un capítulo aparte en este libro, donde ya deja en claro que iba a ser el discípulo del gran Narigón, a continuación compartimos los principales puntos. 

"Se tilda a Bilardo de defensivo cuando en realidad Carlos pretende un fútbol total. Un fútbol compacto, un fútbol de jugadores que creen cuando tienen a pelota y que trabajan cuando el equipo pierde el balón".

"La cuestión es serle útil al equipo en cualquier tarea que me encomiende el técnico. A mí si me dejan elegir yo trato de crear, ese es mi fútbol, pero no tengo ningún inconveniente en trabajar defensivamente. Además cuando se siente respeto y admiración hacia el técnico, hasta de arquero puedo jugar".

Sabella opina sobre Bilardo y su posible llegada a la Selección Nacional: "Es un momento difícil para ser técnico de la Selección Argentina. Puesto que se han ido figuras y muy importantes del país. E indudablemente luego de las grandes facilidades con que contó Menotti el próximo técnico no las va a tener. Pienso que va a ser beneficioso para el fútbol de la selección contar con uno de los grandes técnicos de este medio como lo es Bilardo".

Y para terminar, una frase que lo pintan de cuerpo a entero al enorme Alejandro Magno, sobre el momento que se vivía en Argentina, año 1982, con la Dictadura Militar:

"Estoy triste y no por mí, estoy triste porque la gente está triste. La gente está nerviosa, la gente está amargada, tiene problemas, hay mucha gente que vive mal. Y eso me pone mal. Es decir cuando ve injusticias se pone mal...Es triste que uno esté cerca de la Navidad y ver gente sin una sonrisa en la cara, por todos los problemas y que la gente no puede ser artífice de su destino sino que tiene que depender de un pequeño grupo de gente que toma decisiones y que no representa la voluntad de ese pueblo".

Con la fiebre mundialista en su máximo punto siempre es interesante recordar algunos conceptos de los máximos referentes de nuestra escuela.



sábado, junio 21

Argentina 1 - Irán 0: Primer objetivo cumplido

Foto: FIFA
Argentina clasificó a octavos de final gracias al golazo de Messi en el minuto 91, y a falta de un partido de grupo ya se aseguró el pase a octavos de final del Mundial. 

Tal como suponíamos, y aunque algunos todavía crean que son frases hechas, el partido fue complicado, los iraníes pararon dos líneas de cinco y se dedicaron a aguantar el resultado e intentar meter alguna contra. Aun así en el PT logramos llegar con jugadas aéreas y un par de remates que tapó el arquero.

En el segundo tiempo tuvimos menos claridad en ataque y nos descuidamos atrás, Romero sacó dos pelotas excelentes para mantener el cero en el arco. Muy bien los dos cambios del Magno, buscando movilidad arriba con Palacio y Lavezzi. Bueno, queda claro porqué Sabella llevó a Rojo al Mundial, no? Uno de los mejores de Argentina, con desbordes permanentes y centros peligrosos.

¿Hay que mejorar? Sí, por supuesto, pero ya clasificados es otra cosa, ahora que trabaje el Magno pensando en Nigeria y luego en octavos. Queda claro que ningún rival es fácil, sino pregúntenle a España e Inglaterra, que ya tienen los pasajes de vuelta al Viejo Continente. 

Y para terminar, un párrafo sobre el famoso esquema. Por suerte con el ultra ofensivo 4-3-3 que le gusta a los jugadores y a "la gente" logramos un triunfo aplastante y vistoso ante Irán (?). Mucho humo dando vuelta, no se olviden que tanto el 4-4-2 como el 4-3-3 o el 5-3-2 son todos esquemas que Argentina usa gracias a Sabella, que convenció a los 23 jugadores que el pragmatismo es la clave del fútbol.


domingo, junio 15

Argentina 2 - Bosnia 1: Lo importante era ganar

Foto: Télam
Debut argentino en el Mundial con triunfo 2-1 ante el difícil Bosnia, como dijo Sabella cuando terminó el partido, lo importante en el primer encuentro era ganar, sumar 3 puntos y acomodarse en el grupo F.

En el primer tiempo el gol tempranero le dio a Argentina la tranquilidad de no tener que ir a buscar el gol. El esquema dispuesto por el Magno en la parte inicial fue bien contenido por Bosnia, que marcaron de manera efectiva y no dejaron que los receptores (Maxi, Di María y cuando bajaban Messi o Agüero) tomaran la pelota y encaren el arco contrario.

Sabella lógicamente cambió el esquema en el inicio del segundo tiempo, acertó con la entrada de Higuaín para pivotear en ataque (como lo hizo en el gol de Messi) y ganar peso en el área. También ingresó Gago por Campagnaro para ayudar a Mascherano en mitad de cancha y armar la línea de cuatro en el fondo, con Rojo (de menor a mayor) y Zabaleta por los laterales.

Muy importante gol de Messi para sacarse un enorme peso, ganar confianza y empezar el Mundial con el pie derecho. Ahora a seguir trabajando con humildad y sacrificio, tenemos 5 días por delante para ajustar las fallas y continuar focalizado en afrontar el próximo encuentro con concentración, intentando no entrar en los ríos de tintas y horas de televisión/radio que se gastarán en desmenuzar (y pegarle un poco) al equipo del Magno.

¡Contanos como viste el partido!

#SoldadodeSabella

domingo, junio 8

Hasta la vuelta

Foto EXCLUSIVA (?) del 7 a 0.
Con un cómodo triunfo sobre Eslovenia por 2 a 0 (Ricky Álvarez y Messi), el equipo de Sabella se despidió de Argentina próximo a partir rumbo a Brasil a jugar la Copa Mundial 2014.
Basanta, Fede Fernández, Marquitos Rojo (de buena actuación) y Enzo Pérez fueron titulares en la última presentación en el país.
Alejandro decidió probar en el amistoso una vieja táctica conocida de Estudiantes, poniendo 3 en el fondo como le gusta a él (y a Bilardo), con Mascherano de líbero, dos carrileros, dos cincos, dos enganches y un delantero.  Cualquiera que recuerde la táctica de Estudiantes Campeón 2010 podrá imaginarse la diposición de los 11 dentro de la cancha.

Con la esperanza intacta y uno de los máximos referentes de nuestra escuela comandando la Selección, viajamos a Brasil a competir en el máximo desafío del fútbol con la celeste y blanca. 
Y, abajo, la albirroja. Hasta la vuelta,  muchachos.

A la gloria no se llega por un camino de rosas.

¡¡¡VAMOS ARGENTINA!!!

#SoldadoDeSabella
@7a0historico

martes, junio 3

Los 23 Soldados de Sabella

6 de los 23 jugadores se pusieron la albirroja. 5 son ídolos del Club.
Llegó el día y Alejandro hizo pública la lista definitiva de jugadores que representarán a la Argentina en el Mundial 2014 a disputarse en Brasil, que además serán los encargados de soportar la crítica siempre constructiva e inteligente (?) del menottismo (Bonadeo, LatorreSouto, etc). 
Lamentablemente en el último corte quedó afuera el Príncipe Sosa, ídolo del Club y campeón en 2006, pero entró el gran Enzo Pérez, otra gloria pincharrata.
En una decisión inteligente, el CT se decide por Enzo, que jugó de 5 adelantado en el último torneo en el Benfica, para darle variantes y equilibrio a un sector donde justamente no abundan las alternativas.
Pachorra se decidió por 3 arqueros, 7 defensores (2 zurdos), 8 mediocampistas (2 zurdos) y 6 delanteros (1 zurdo), formando un plantel equilibrado en todo sentido, un buen inicio si recordamos la última aventura mundialista en 2010 donde fuimos sin marcadores de punta pero con los jugadores más talentosos para jugar a la nuestra (?).

Dentro de la lista definitiva nos encontramos con el DT y 6 jugadores que han jugado y son ídolos del Club: Mariano Andújar, Agustín Orión, Marquitos Rojo (zurdo), Fede Fernández, Enzo Pérez y José Basanta (zurdo), un total de, casualmente (?), 7 (SIETE) representantes de Nuestra Escuela. Además de los ayudantes técnicos, preparadores físicos y, por supuesto, el último DT Campeón del Mundo, nuestro prócer, el Narigón Bilardo.
Los restantes 17 jugadores que completan a los soldados son: Sergio Romero, Campagnaro, Garay, Demichelis, Zabaleta, Gago, Mascherano, Biglia, Di María (zurdo), Maxi Rodríguez, Augusto Fernández, Ricky Álvarez (zurdo), Palacio, Lavezzi, Messi (zurdo), Agüero e Higuaín.

Afortunadamente esta edición contamos, como decíamos, con un representante de Nuestra Escuela comandando al Seleccionado, situación que agrega indudablemente un condimento emocional extra a los resultadistas en general y a los pincharratas en particular. Humildad y trabajo.
¡VAMOS ARGENTINA!

#SoldadoDeSabella
@7a0historico