Por costumbre y tradición nos hemos acostumbrado a festejar
y recordar los eventos que forman parte de nuestra vida, y si da la casualidad de
que el número del recordatorio es redondo, lo hacemos con más énfasis y
producción. En este caso se cumplen 27 años del clásico número 100 del
profesionalismo entre Estudiantes y Gimnasia. Como no podía ser de otra forma, en
aquel partido que indudablemente iba a
quedar en la historia por su condición de centésimo aniversario del Derby, el pincha se encargó de dejar en claro (una
vez más) quién fue, es y será el dueño de la ciudad.
Ese 15 de septiembre de 1985, el león derrotó al lobo por 1
a 0. El gol lo marcó Ponce de tiro libre, previo desvío en Berta. Fue un
domingo lluvioso, al que ambas hinchadas llegaban con mucha expectativa. La centésima
edición del clásico no era el único condimento que hacía especial ese partido:
hacía 7 años (sí, 7) que no se enfrentaban. El último encuentro había sido en agosto de
1978, ocasión que finalizó en empate. La diagramación de los torneos por parte de la
AFA impidió que se cruzaran en 1979, y luego, el descenso del lobo a la Primera
B, abortó las chances de que se vieran las caras hasta que se
consumara su regreso seis años más tarde.

A pesar de este hecho, el suboficial a cargo del operativo garantizó la continuidad
del espectáculo, incluso reconociendo que “lo que ocurrió aquí es que en un
tribuna donde caben 8 mil personas, ha sido ocupada por 12 mil o 13 mil”,
declaración que hoy en día resultaría insólita y digna de pase a retiro.
Lo cierto es que Estudiantes ganó, y escribió otro pedazo de
historia. Nadie le puede quitar el honor de ser el conjunto que se llevó el
clásico número 100. Al igual que las goleadas épicas, este partido será recordado
con mayor asiduidad que el resto. Hoy, 27 años después, es una de ellas. Salud.
Hermoso recuerdo Nolo! Buen posteo, abrazo!
ResponderBorrarFelicitaciones por el post, Nolo!!!
ResponderBorrarTodavía recuerdo aquel partido, los tripa venían de la B y pensaban que nos íban a romper el culo, como piensan siempre. Y, otra vez, como en tantas otras ocasiones, las palabras dejaron lugar para los hechos y nos quedamos con la victoria en el campo y en los libros.
Imposible olvidarse el gol del Bocha y lo que lo gritamos.
Abrazo grande!!!