Faltan 9 días para el 15 de octubre, día del pesto nacional y que vamos a festejar a las 7 de la tarde en 7 y 50. Para volver a recordar ese momento les dejamos las tapas de diarios del día posterior.
El 7 a 0 no se olvida nunca más!!! Gracias por siempre a los jugadores y al DT. Hay que festejar en todas las ciudades del país donde laten corazones pinchas!!! Los pinchas de Bahía.
LA PROVINCIA Ventaja de Bruera en la puja por la intendencia Una encuesta indica que obtiene el 25,2%, a tres puntos de Alak
Una ventaja de casi tres puntos tiene actualmente el diputado provincial Pablo Bruera, sobre el intendente Julio Alak, en la puja electoral por el gobierno del municipio platense, mientras que el postulante ubicado en tercer lugar, el funcionario nacional Carlos Castagneto, se ubica unos trece puntos por debajo de la cima del ránking.
MUCHACHOS NO LES DEMOS BOLA. YA SABEN QUE NOS ENVIDIAN TODOS. DISFRUTEMOS SER HINCHAS DEL PINCHA, Y ALENTEMOS COMO SIEMPRE, AL EQUIPO Y AL CHOLO. MIRANDO ESAS TAPAS NO PUEDO ENTENDER COMO HAY GENTE QUE CUESTIONE AL CHOLO O A LA BRUJITA (LA UNICA MANERA QUE ENTIENDO ES QUE SEAN INFILTRADOS DEL CAPITAN FRIO) Y AUNQUE NO ME GUSTE AGUANTE BRUERA TAMBIEN
Hoy mas que nunca : VAMOS PINCHA CONTRA TODOS!!!!!!!
Contra alak Contra los medios locales y nacionales. Contra la usina de rumores. Contra los derrotistas y agoreros. Contra la mala onda. Contra los que aiembran divisiones an la familia pincharrata.
VAMOS PINCHA , QUE LA HINCHADA ESTARA PRESENYE MAS QUE NUNCA. AGUANTE EL CHOLO POR SIEMPRE EN EL PINCHA, AGUANTE LA BRUJA, AGUANTE EL EQUIPO TODO.
POR LA VUELTA A LA VICTORIA !!!!!
PINCHA , SOS MI ENFERMADAD, CADA DIA TE QUIERO MAS!!!!!
ya empeiza el partido vamos carajo!! no puede ir por un problema de salud, pero desde casa alentare como si estubiera ahi, besos a todos y vamos pincha!!!
Gracias Bruja!!! Tu vuelta me emociona y me hace llorar. La gente te alentó como te lo merecés.
Bueno acá les dejo un resumen del partido con todos los datos y una fotito de la bruja levantando la mano con el dedo índice arriba como de costumbre despues de hacer un gol:
21:33 Deportes (EL DIA) Con Verón, el Pincha es otra cosa Estudiantes derrotó esta noche a Argentinos con dos goles de la "Brujita", uno de cabeza y otro de penal y un tanto de Enzo Pérez. Los de Simeone cortaron la mala racha y sumaron de a tres
NO SABEN NI QUIENES HICIERON LOS GOLES!!!!! SON TRISTES!
TE ACORDAS DEL 15 DE OCTUBRE DE 2006 TRIPERO ?? TE LO VAMOS A RECORDAR TODA TU TRISTERA VIDA
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Un 7 a 0 que no exageró la paliza de Estudiantes
El equipo de Simeone le dio una tunda histórica a Gimnasia: su superioridad fue abismal ante un rival quebrado, que terminó el clásico con dos hombres menos
La ficha del partido
LA PLATA.- La explicación del impensado y asombroso 7-0 no debe buscarse en hechos fortuitos ni en casualidades ni en ninguna otra cosa que no tenga que ver con estrictas razones futbolísticas. Pero la mención de lo "futbolístico" no debe dejar de lado nada de lo que el término abarca. La tunda histórica con que Estudiantes sacudió a Gimnasia fue la expresión acabada de una superioridad abismal en lo técnico, lo estratégico, lo individual y lo colectivo, lo anímico y lo físico. Tampoco debe creerse que las cifras fueron exageradas: de no haberse dado un final que no reconoce antecedentes cercanos, en el que los jugadores se pusieron de acuerdo para pedirle al árbitro Baldassi que detuviera el juego antes de lo que debía (ver aparte), Olave estaba condenado a seguir soportando goles.
Lo llamativo de la historia es que semejante paliza se haya encuadrado en un clásico, un tipo de compromiso en el que la voluntad suele remendar las diferencias que se producen en otros terrenos. Y probablemente en esa cuestión esté lo más curioso de lo visto ayer: por razones que seguramente ahora Gimnasia estará preguntándose, en competitividad y compromiso el Lobo fue una sombra de lo que podía esperarse. La explicación posterior de su DT, Pedro Troglio, sobre que el primer gol de Estudiantes "abrió" el partido, debe entenderse como un acto de indulgencia hacia sus jugadores. Más razonable sería suponer que el desgaste emocional y atlético que le demandó al equipo el triunfo sobre Fluminense por la Copa Sudamericana, cuatro días antes, pasó una factura carísima. Ese punto sí sería relativamente atendible, porque en términos de cantidad y calidad Gimnasia -al igual que muchos otros- no se mueve precisamente en la opulencia y es natural que sufra cuando debe multiplicarse en dos frentes.
Pero ni ese detalle ni ninguno de los otros atenuantes imaginables explican por sí solos la inmensa diferencia de concentración, velocidad y energía que hubo ayer entre uno y otro, algo así como un Airbus puesto en carrera contra una avioneta. El espejismo del comienzo, en el que pareció que la presión era una táctica y una actitud compartida, se esfumó apenas Olave cayó por primera vez. Cuando Galván conectó en palomita un bien pensado centro de Verón, apenas a los 3 minutos, no sólo puso en ventaja a Estudiantes: derrumbó de un solo golpe la voluntad de Gimnasia y abrió definitivamente las puertas de una fiesta inolvidable para su gente.
En un equipo que funciona bien, las razones colectivas se complementan con las individuales. Ayer, Estudiantes fue el gozoso beneficiario de la conjunción de ambas, porque dispuso de gente que vivió una tarde inspirada. A la cabeza de esa lista numerosa hay que anotar a Pavone, una topadora ingobernable para la defensa tripera. Para Herner, San Esteban y Goux, el delantero fue un suplicio interminable por su potencia, sus ganas de encarar siempre, su determinación para buscar el arco y su lucidez. Que sólo se haya sumado a la fiesta de goles con uno es apenas una anécdota, pero se trató de un golazo, pletórico de fuerza y precisión: culminó con un zurdazo fulminante una acción en la que Verón le ambientó la jugada y lo asistió.
A propósito de la Brujita: ayer asumió un perfil de conducción más relajado, porque los pistones que se movían a su alrededor le facilitaban el trabajo. Por todos lados le aparecía Braña, una aspiradora de pelotas y un león para perseguir -y alcanzar- rivales, mérito al que además le sumó buen criterio para desprenderse de la pelota. Galván se dio cuenta con rapidez de que entre él y Alvarez se bastarían para controlar el potencial peligro de las subidas de Cabrera y se soltó en ofensiva; lo hizo tan bien que anotó dos goles. También Sosa, adelantado, fue el volante positivo y vertical que muchas veces insinuó ser. Y Calderón, aun cuando su estilo es menos participativo, jamás relajó su olfato para el gol, como cuando madrugó a los adormecidos Goux y Olave en el cabezazo para el segundo tanto.
Aturdido, Gimnasia encaró el entretiempo con un 0-3 y un dilema: intentar la recuperación heroica o evitar la catástrofe. Casi no hubo tiempo de adivinar qué había decidido, porque enseguida Galván le tumbó la presunta rebeldía con el cuarto mazazo, después de un error increíble de Basualdo, que dejó pasar un centro de Sosa. Tan perturbado quedó el volante tripero que un minuto después se descontroló, golpeó a Alvarez y fue expulsado.
Pero por entonces el partido había perdido hasta la mínima condición de tal. Con casi la mitad del tiempo por delante, en el aire ya estaba instalada la sensación de que la cuenta de goles dependería del rigor o la clemencia de Estudiantes. Para mal del zarandeado Gimnasia, no estaba en el ánimo de su rival volverse piadoso o tan siquiera contemplativo ante su inferioridad numérica, profundizada cuando Escobar fue demasiado fuerte al choque con Angeleri y también se marchó al vestuario. Después de eso hubo tres goles más, cada uno de ellos imagen perfecta de la estupefacción de Gimnasia y del floreo de Estudiantes y de sus hinchas, que ya ven figurar en los libros la tarde más feliz de su historia en el clásico.
La mayor goleada en el derby platense La de ayer fue la mayor diferencia de goles que se produjo en un clásico platense. En el profesionalismo, Estudiantes ya había vencido tres veces a Gimnasia por 6 a 1: el 13/3/1932, el 5/9/1948 (en ambos casos como local) y el 7/7/1968; el equipo tripero cuenta un 5-2 en su favor, 25/8/1973
Por Andrés Prestileo De la Redacción de LA NACION
EL FESTEJO Palermo, una visita "de la casa" en un vestuario feliz
Después del partido, en el vestuario de Estudiantes se recibió una visita especial: Martín Palermo (lesionado, no juega en Boca) saludó a los jugadores de su ex equipo.
EL FINAL Baldassi aceptó un pedido y no recuperó los minutos perdidos
El clásico tuvo un final insólito: pese a que el juego estuvo cinco minutos parado por disturbios, el juez Baldassi atendió un pedido de los jugadores de terminar y no los recuperó.
EL HISTORIAL Con 140 clásicos, Estudiantes sacó dos de ventaja
El de ayer fue el clásico platense número 140 del profesionalismo. Hay 46 éxitos de Estudiantes (suma 203 goles), 44 de Gimnasia (tiene 190 tantos) y 50 empates.
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Gustavo Ronzano gronzano@clarin.com
Se necesita un instante, sólo uno, para separar felicidades de tristezas. Qué lejos habrán quedado entonces unas de otras esta vez, después que todos los instantes le sonrieron a Estudiantes. Y le dieron la espalda a Gimnasia. Y endulzaron media La Plata, la de blanco y rojo vertical. Y amargaron la otra, la de blanco y azul horizontal. Y todo, absolutamente todo, sin términos medios. A lo grande. Como nunca había pasado en la historia de este duelo. Estudiantes 7-Gimnasia 0. Fue una paliza. Fue una auténtica lección de punta a punta la que dio Estudiantes. Bueno, Estudiantes no... Los profesores de La Pata.
Y sería toda una ingenuidad enfocar semejante diferencia entre los unos y los otros en una sola cuestión. Que Gimnasia (como sucedió también cuando visitó a Independiente, en la cancha de Racing) llegó con las reservas físicas recortadas por su participación en la Sudamericana. Que el Cholo Simeone salió con línea de tres volantes (Verón-Braña-Galván) más José Sosa ubicado como enlace y que recién en el segundo tiempo (cuando ya todo era asunto liquidado) desempolvó el 4-4-2 con Sosa a la derecha y Verón libre, en el centro. Que Pavone estuvo intratable y desequilibró siempre. Que Calderón estuvo donde tiene que estar. Que Verón manejó todo el funcionamiento como un titiritero. Que Galván, sin brillar, llegó y también convirtió. Que Gimnasia terminó con nueve, por las expulsiones de Basualdo y Escobar. Que el árbitro Baldassi se apiadó del equipo de Troglio y dio por terminado el partido a los 90 exactos, cuando en realidad debió agregar al menos los cinco minutos de juego que estuvo parado el partido (a partir de los 34 del complemento) cuando la ira asomó en la hinchada de Gimnasia. Fueron tantos los argumentos que no hubo equivalencias.
Estudiantes, que quede claro, no ganó por algo en particular. Ganó por todo en general. Lo barrió a Gimnasia desde el inicio, con una postura sin dobleces. Salió a jugar el clásico con alma y vida, en todos los sectores. Y así, de entrada nomás, se adueñó hasta de la pelota más intrascendente. No se tiró atrás después del 1-0, aquél de Galván en el arranque tras un perfecto tiro libre de Verón. Al contrario. Siguió presionando, y consecuentemente anticipando. Pareció legítimo el gol anulado a Calderón por offside. Pero, claro, en el nombre del gol, siguió buscando. Y haría tres, nada menos...
Enseguida Calderón marcó el segundo y más tarde Pavone metió el tercero con un bombazo desde fuera del área. Aquel caño de Calderón a Herner, al rato, establecía las realidades. Estudiantes quería más, y su objetivo no parecía posarse en la lucha por el Apertura. Su mirada de depredador señalaba que sólo quería hacerle más goles a Gimnasia. Nada más. Nada menos.
De cara al segundo tiempo, Troglio puso a Leguizamón (delantero) por San Esteban (defensor), movió a Basualdo al otro costado. Quiso ponerle un despertador a su equipo. Pero fue imposible. A los cinco minutos de esa segunda parte Sosa, desde la derecha, despachó un centro pasado y por el otro lado aterrizó Galván para convertir el cuarto. Al minuto, falta de Basualdo a Pablo Alvarez. Segunda amarilla para Basualdo, primera roja para Gimnasia. Quedaba casi todo el segundo tiempo y hacía rato que el partido ya no era partido.
Se fue expulsado Escobar. Once contra nueve. Y llegó el quinto: otro pase largo de Verón a la derecha, Pavone abrió un surco y envió el servicio para que Calderón volviese a gritar. Y el sexto: el de Lugüercio, que había reemplazado dos minutos antes por Galván. Y el séptimo, tercero de Calderón. Felicidades y tristezas. Treinta mil almas en el contorno y adentro, una lección de fútbol. Una goleada que nació para gambetear el olvido.
Mario Rueda LA PLATA. CORRESPONSALIA laplata@clarin.com
Insoportable. El ropero de Tres Sargentos y sus 82 kilos de efectiva potencia están tremendos. Ayer la defensa de Gimnasia padeció la presencia Mariano Hugo Pavone desde las 14:10 hasta las 16:05, tiempo que le demandó a Estudiantes asestarle a Gimnasia la goleada más terrible del historial de 141 partidos. ¿Pruebas?, contabilice. A los 7 minutos giró incómodo y le mandó un fortísimo voleo que el arquero Olave se esforzó en sacar por arriba del larguero. A los 15 se le escapó a sus marcas y asistió a Calderón que convirtió en posición fuera de juego. Once minutos después —su equipo ya estaba 2 goles arriba— no pudo entrarle bien a un pase en cortada y el arquero se quedó con el tiro débil y a los 34 clavó un zurdazo alto y cruzado desde afuera del área que determinó el 3 a 0 parcial. Y a los 45 peleó una pelota perdida y sacó un derechazo que rozó el palo. Ya en el complemento fue partícipe necesario del quinto gol habilitando muy bien a Calderón que tocó suave y sus jugadas decisivas siguen...
"Hoy conseguimos algo que quedará en la historia. Vamos a ser unos nonos bien viejitos y cuando nos crucemos por la calle con la gente que estuvo en la cancha nos va a recordar este partido que fue realmente increíble", relata con el pelo mojado y aroma a champú.
Con seis marcas en las cachas de su revólver en el actual certamen y 39 en total, su poder de fuego permanece intacto por más que en algunos partidos la pifie y dilapide goles hechos. "Hicimos los que debíamos de los partidos anteriores y creo que hasta pudimos anotar un par más esta tarde. Y no hablo por hablar porque no me gusta sacar partido de esta goleada ante Gimnasia. A mi me tocó perder 4 a 1 en su cancha y eso no le gusta a nadie. Lo bueno fue que mejoramos lo realizado en la primera parte y que pudimos redondear un juego bárbaro ante el rival de toda la vida".
—Vuelan tan alto después de este triunfo que ya están pisándoles los talones a Boca. ¿Se tiran al título?
—Seguro. Es que demostramos que estamos para dar pelea y dentro de un fútbol muy competitivo impusimos un estilo de juego que nos alienta a pelear hasta la última fecha.
—¿Creés que después de estas actuaciones estás más cerca de pasar a un club importante?
—Yo sigo progresando en todos los aspectos y hoy puedo decir que estoy en lo mejor de mi carrera. Así que veremos qué pasa más adelante.
Apenas cabía tanta alegría en su rostro al salir del vestuario. La sonrisa que recorría su cara de punta a punta no podía disimularse. Y no era para menos. José Luis Calderón acababa de vivir su tarde soñada. Sólo un ratito antes, el atacante había marcado, por tercera vez en su carrera, tres goles en un partido. Y justo en un clásico, en uno de esos partidos que todo jugador quiere ganar. Semejante hecho no podía resultarle menor. Y por eso, la algarabía quedó reflejada en cada una de sus palabras.
"Esto es un sueño. Nadie pensaba que el encuentro podía terminar con un resultado tan amplio. Jugamos muy concentrados todo el tiempo, y nunca nos relajamos", afirmó el goleador. Luego, con la felicidad esperable por haberle ganado con mucha autoridad al rival de la ciudad, pero sin perder el respeto por éste y por sus jugadores, destacó: "Se jugó muy simple. No sobramos nunca porque cuando uno pierde no le gusta que le hagan eso. De todas formas, siempre fuimos para adelante y si podían hacerse diez goles, se los hacía".
Iban sólo 22 minutos del primer tiempo. Estudiantes ya vencía 1-0, pero Gimnasia no estaba derrotado aún. Y Calderón comenzó a sentenciar el clásico. Un pelotazo largo de Ortíz encontró a Olave y a Herner desatentos, y ahí estuvo el delantero, rápido, pícaro, para, con su cabeza, cambiar el trayecto del balón y poner a su equipo dos tantos arriba. Lo gritó con alma y vida, igual que gritó el segundo que hizo (fue el quinto de Estudiantes) y el tercero (último de la goleada), uno tras un pase de Pavone y otro tras una larga habilitación de Verón. Y esa emoción para gritar fue parecida a la que utilizó luego para asegurar que "cuando empezó el partido me di cuenta de que venía para goleada. Hoy metimos todos los goles que antes no podíamos hacer. Esto es una alegría inmensa para mis hijos y para toda la gente que me apoyó".
El abultado triunfo trajo como lógica consecuencia la ilusión de la gente de Estudiantes de que su equipo pueda pelear por el campeonato. Y por supuesto, este tema no podía quedar fuera de la conversación. Sin embargo, a la hora de hablar de ello, el goleador, al contrario de lo que fue su actuación en la cancha, eligió la mesura. "Entramos en la historia. Pero si perdemos el próximo domingo esto ya no sirve de nada. Por eso, hay que pensar en el partido que viene, que es ahora para nosotros el más importante", manifestó.
Así, entre palabras plenas de satisfacción, se fue Calderón del Estadio Unico. Atrás habían quedado algunas cosas que llenarían de orgullo a cualquier jugador . Entre ellas, hacer tres goles en un clásico y tener un lugar reservado en la historia grande de Estudiantes.
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA 0 : LA BRUJITA LE PIDIO A BALDASSI QUE LO TERMINARA ANTES
"Me puse en la piel de ellos"
Consumada la goleada, los últimos minutos del encuentro transcurrían en medio de un carnaval en la tribuna local y Estudiantes tocaba y tocaba. En la cabecera visitante se habían producido incidentes entre los hinchas y la Policía y el encuentro estuvo suspendido 7 minutos. Cuando volvieron, Estudiantes metió el 7-0 y Gimnasia, con dos menos por las expulsiones de Basualdo y Escobar, estaba a punto de perder los estribos. Gustavo Semino (había entrado a los 8 del segundo tiempo por Cuevas) era el más nervioso.
Entonces, en el medio de la cancha, Baldassi escuchó a Esteban González (¿le pidió que terminara el partido sin conceder descuento?). De inmediato la Brujita Verón llamó a sus compañeros hasta su terreno y les pidió que dejaran de jugar. Baldassi lo terminó, sin dar descuento.
—Verón, ¿se apiadaron del rival al final del partido y por eso no quisiste jugar el descuento?
—No es eso, es que me puse en la piel de los que están enfrente y no es lindo perder un partido así. Pero esto es un juego y no hay que dramatizar.
Calderón, en referencia al mismo episodio, sólo dijo: "No, lo que hablamos no lo voy a contar. Eso quedará en la intimidad de los que estábamos ahí."
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Una sonrisa entre setecientas mil
Alejandro Di Lázzaro De la Redacción de LA NACION
Ojalá que el campeonato se termine hoy. Que no haya ni un partido más hasta el año que viene. Que la semana dure tres meses
Es que en el microclima de La Plata todos los locos del fútbol estamos esperando eso, ganarle al Lobo, hacerle muchos goles, doblegarlo de una manera tan contundente que no queden dudas de quién es el mandamás de la ciudad. Digo, por si quedaba alguna duda.
Tengo ganas de ser un alumno de la primaria ¡y de ir a la escuela!, cosa que merecería la urgente intervención médica. Me salgo de la vaina por trabajar en una oficina pública, en un estudio de abogados, en los Tribunales, en cualquier dependencia pública No importa que hoy sea feriado. Igualmente voy a darme una vuelta por 7 y 51, por el bar de la esquina, o por todos los de la calle 8, esos que tienen las mesitas afuera, hasta que me agarre una úlcera de tanto café.
Si me quieren ubicar, si quieren saber cómo es mi cara, busquen al de la sonrisa de oreja a oreja. Ojo, puede ser que haya mil, diez mil, cien mil con sonrisa plena. O mejor dicho: siete mil, setenta mil, setecientos mil. Todos múltiplos de siete.
Enloquecidos como nunca, insaciables, los hinchas de Estudiantes apelaron a este hit después del 4-0. Y lo siguieron cantando, y lo siguieron cantando, y lo siguieron cantando. Caldera y compañía, claro, no los dejaron en banda. Y fue un orgasmo único.
SERGIO MAFFEI. smaffei@ole.com.ar
SIETE agradecimientos para un día inolvidable (con números romanos, como se reconocen las gestas históricas).
I) A Verón, el hijo pródigo. No es casualidad que esta goleada única se haya logrado de su mano. En su primer clásico, la Brujita contagió al plantel, impuso su pasión de hincha y, en el 4-0, pidió ir por más. Fue al frente como jugador y como emblema. Tan influyente es que sólo faltó en una de las SIETE victorias que suma el equipo.
II) Al Tanque; y Caldera, que en su rol de padre opacó el Día de la Madre. La dupla jugó el partido perfecto. Si se les abrió el arco, como parece, cuidado con Estudiantes. Y vale también el reconocimiento para Galván, desde ayer libre de pecados por todo lo que falló antes. El Cholo lo había dicho: sus goles iban a ser claves. Y los dos que hizo sellaron el clásico. Con el primero lo abrió y con el cuarto lo liquidó. Entre los tres, anote, no hicieron SIETE, sino ocho de los últimos diez goles del equipo en el torneo.
III) A los hinchas-jugadores: Alayes, Verón, Calderón, Lugüercio (cómo gritó su gol, herencia de Inferiores). Y los que juegan como tales: Alvarez, Braña y Pavone. SIETE piezas que pusieron fútbol, sentimiento y corazón.
IV) A los héroes silenciosos. el Tano Ortiz, Sosita (en cada partido va dejando atrás el diminutivo) y Andújar. Desde que se metió en el equipo, le devolvió la tranquilidad al arco. ¿Cuánto vale tener guantes seguros? Con Herrera era SIETE a uno, con él van 322 minutos sin goles. Que no se corte, Mariano.
V) A Simeone. Porque piloteó la tormenta tras el partido SIETE (0-1 con Central) de su ciclo, porque está acertando en los cambios, porque bancó a jugadores cuestionados, porque armó un equipo sólido (es la valla menos vencida del campeonato) y porque la Chololeta ya tiene su sello.
VI) A la dignidad y seriedad con la que jugó el equipo. Goleó a su rival desde el primer minuto. De entrada, mano a mano, fue paliza; 11 contra 10 fue paliza; y 11 contra 9 fue paliza. Pero jamás se burló, a pesar de que el marco invitaba. No tocó la pelota a los costados sin sentido, fue siempre al frente. Marcó SIETE goles y quiso hacer más, un gesto que en esta clase de partidos se debe respetar.
VII) A la gente, por su fiesta en la cancha y en la calle SIETE. A guardar esa entrada por los siglos de los siglos. Esta tapa de Olé. Y el video del partido (uno más), que se suma a la colección de proezas. Porque lo que hoy se disfruta, con el tiempo tendrá su verdadero valor. ¿O acaso después de un título no se sueña con una goleada así? Tanto se le insistió a Estudiantes con ser local en el estadio Ciudad de La Plata que, en el debut, había que quedar en la historia... Qué te parece.
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA LP 0 : MARIANO PAVONE "Nos vamos a acordar de esto hasta cuando seamos viejitos"
El Tanque, tras ser una de las grandes figuras del clásico, se fue a compartir la alegría con mamá Graciela. Todavía no podía creer semejante goleada.
JUAN M. ALLAN. jmallan@ole.com.ar
Cuánto tenía para dar Mariano Pavone! Hasta ayer se lamentaba por no haber anotado en clásicos platenses de Primera (le sobraban gritos en Juveniles y Reserva), pero se tenía fe para el 140ø. Venía siendo figura con o sin goles, imparable para las defensas por su potencia y hasta por un juego asociado más técnico que el que lo había llevado a consagrarse goleador del Cl. 05. Y ante Gimnasia fue el líder de la goleada de todos los tiempos. Ya en la paz de su casa, rodeado por su familia y disfrutando de los mimos de mamá Graciela, el Tanque revivió la tarde histórica: "Valió la pena esperar tanto para hacerle un gol a Gimnasia. Lo de hoy es algo histórico. Imborrable. Cuando seamos viejitos nos vamos a acordar... La hinchada se acordará siempre de esta tarde".
—¿Por qué te tenías tanta fe en la semana?
—Había dicho que cambiaba un gol mío por un triunfo de Estudiantes, pero también que me veía muy bien para convertir y para ganar. Y se dio tal cual.
—No vas a poder dormir.
—Va a ser imposible después de esta hazaña. Y me imagino que a la gente le costará también. La ciudad será una fiesta. Lo que conseguimos no se repetirá todos los días.
—La gente ahora va a exigir de acuerdo a lo que vio ante Gimnasia.
—Seguro. Va a exigir porque nosotros demostramos que estamos para dar pelea. Con todo lo que significa jugar un clásico, y en el fútbol tan competitivo de hoy en día, es lógico que exijan. Pero debemos ser conscientes de que debemos ir partido por partido.
—¿Estudiantes es el equipo que mejor juega?
—No sé, pero tenemos grandes jugadores. En el clásico volvimos a ser tan efectivos como contra Lanús. Tuvimos diez, once jugadas, y metimos siete. Además, todos los jugadores que entran están enchufados.
—¿Tenías que frotarte los ojos para creerlo?
—Es cierto. No podíamos creerlo. Ya en el primer tiempo íbamos 3-0, y eso era increíble. Pero teníamos que hacer de cuenta que íbamos 0-0 para no relajarnos. Nos había pasado en un clásico que nos fuimos ganando 2-0 al entretiempo y después nos lo empataron y casi lo perdimos. Pero en el segundo tiempo, jugamos igual o mejor que en el primero.
—Ratificaste que estás en tu mejor momento.
—Puedo decir que estoy en lo mejor de mi carrera. Siempre tengo cosas por mejorar, pero estoy feliz por mi momento.
Graciela no quiere sacarse la camiseta con la que fue a la cancha. La lleva orgullosa: "Todavía estoy emocionada por él y por todos. ¡Qué alegría! Encima en el día de la madre. Igual, Mariano es un chico fenomenal, todas las noches nos llama por teléfono a Tres Sargentos y nos dice: ''Cuídense, los quiero mucho''". El hijo ejemplar. El jugador ejemplar.
Y La Plata se volvió loca: nunca se había dado un 7-0 en el clásico, y hasta pudo ser por varios goles más... El Pincha jugó un partido perfecto. El Lobo apenas fue su sombra.
RICARDO GOTTA rgotta@ole.com.ar
Vamos a buscar el partido", gritó Verón, ceño fruncido, voz arrastrada, en la arenga de la manga. Al rato, mientras allá la hinchada del Lobo lloraba la afrenta, la Bruja se sonreía, cuchicheaba y se abrazaba con Caldera, otro Pincha desde el corazón, como dos pibes con una fortuna en caramelos y chocolates.
Nunca lo es y menos en este caso. No fue una casualidad el 7-0. No sólo fue obra de los Dioses. Pudo ser de dos cifras, y no es una frase dicha porque sí. Ese "vamos a..." de la Bruja se tradujo de entrada en el césped. Estudiantes salió a abrumar al Lobo, nunca como esta vez un gatito cansado e indefenso. Le salió a comer los talones bien adelante. Un pressing ofensivo que requirió una buena cuota de energía y que aprovechó una evidente merma física del rival. El Cholo armó una estrategia basada en comerle el hígado. Pedro jugó su fortuna en que la motivación de un clásico ocultase el cansancio del músculo. Grave error. Lo pagó carísimo.
Aplanadora. Cuando Pavone encaró la primera vez a Herner se pudo presagiar lo que vendría. Parecieron jugadores de distintas categorías. Cuando Galván frenteó al gol a los 3'', el Pincha le abrió la puerta a lo inevitable. Si habitualmente Verón marca diferencia con su pegada y su visión, ni qué hablar si los rivales no pueden seguirle el tren, porque él se mueve con inteligencia y sube cerca del lateral derecho. Y cuando lo ahogaron a Verón, Sosa tomó la manija; Braña raspó para anular el menor intento rival; Galván no paró de ir y venir, de ser constante posibilidad de descarga y de llegada libre para clavar dos goles. Encima, dos leones hambrientos y confiados como Pavone y Caldera para aplastar los defensores.
El Pincha y el partido soñado. Le salieron todas, incluso pese al línea Cagni. Fue un juego tan perfecto como inimaginable desde la razón. Tanto que aún levantando el pie del acelerador en la etapa final, no le faltó el respeto al rival y cumplió con su hinchada, que pidió uno más...
La felicidad. Claro que existe. Baila loca la banda del Pincha debajo de su loca tribuna. El humo es rojo y es blanco. El Cholo espía con una sonrisa impecable. Pedro tiene una mirada avergonzada y herida. ¿Cómo no sentirse Dios tras una goleada así? ¿Cómo salir del pozo tras devorarse un 0-7?
Esa banda baila loca: lleva los colores pintados en el alma. Con el alma gestó una goleada inolvidable.
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA LP 0: YO DIGO ¡No saben cómo me hubiera gustado jugarlo!
MARTIN PALERMO. Fana del Pincha.
¿Qué puedo decir de esta sensacional goleada que no se haya dicho todavía? Es impresionante y muy emocionante. Se trata de un hecho histórico y por suerte lo viví como un hincha cualquiera, en la cancha. Claro que, en realidad, me hubiera gustado muchísimo más que me tocara jugarlo, haber estado dentro de la cancha, como uno más de los muchachos. Es que se dio el partido soñado por todos los jugadores de fútbol, y más si uno es delantero como yo. Una goleada así, y más en un clásico, se disfruta de una manera increíble, igual que como deben estar haciéndolo los chicos por estas horas.
Estudiantes jugó un partido excelente en todas las líneas. Y es imposible pensar que hubo una única figura: la figura fue el equipo. El Pincha fue superior de punta a punta y le regaló a la gente una alegría que no se va a poder olvidar por mucho tiempo. La verdad que estaría bueno que pudiera jugar de nuevo un clásico platense. El tiempo dirá si vuelvo a ponerme esa camiseta en algún momento. Todo puede ser.
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA LP 0 Caldera tuvo un sueño
"¿Quién dijo que yo nunca soñé con un clásico así?", dijo.
José Luis Calderón tiene algo especial con los clásicos. El último triunfo como visitante de Estudiantes ante el Lobo fue el 3 a 0 de 1995, en el que fue genio y figura con dos goles. Y la última victoria también había sido suya: 1 a 0 en 57 y 1, el año pasado. De todos modos, ni en los sueños, Caldera se hubiera imaginado semejante tarde. ¿O sí? "¿Y quién te dijo que yo nunca soñé con un clásico así?", desafió el goleador.
Calderón hizo el segundo del Pincha tras un error grosero de Goux; el cuarto luego de un arrastre de Pavone, su compañero ideal; y el sexto, tras que Verón le pusiera un pase profundo e impecable que lo dejó mano a mano con Olave. "Sabemos que es histórico, y que la gente no se lo va a olvidar nunca más. Nosotros también estamos felices, aunque tenemos que ganarle a Godoy Cruz para seguir prendidos", comentó, feliz y generoso también por Pavone y los goles de Galván: "El Tanque se merece lo que le está pasando. Y también Diego, que hace un trabajo importantísimo".
Así se llama el film protagonizado por Al Pacino que Simeone le mostró a su equipo. "Fue clave", se dijo.
JUAN MANUEL ALLAN. jallan@ole.com.ar
El partido empezó a ganarlo el Cholo en la semana. El fue clave". El comentario de los jugadores fue insistente. Primero Calderón, después Pavone. "El video nos emocionó", confesó Verón. ¿Qué video? ¿De qué partido? Los protagonistas no quisieron revelarlo, prefirieron mantenerlo en la intimidad.
Sin embargo, Olé descifró el misterio: en la semana, Simeone los había motivado con una edición de la película "Un domingo cualquiera", protagonizada por Al Pacino. Pero no toda la película sino una escena clave de ella. Al Pacino es el entrenador de un equipo de fútbol americano, que está a punto de afrontar un partido clave de los play offs. En la charla técnica el entrenador les dice a sus jugadores que están ante la cita de sus vidas, y va creciendo en emoción la arenga: "We fight for that inch. We die for that inch!" ("Peleamos por esa pulgada, ¡morimos por esa pulgada!"). Al Pacino hace girar su arenga en que cada centímetro del terreno es vital, y que en cada uno se va la vida de los protagonistas. Que cada centímetro ganado los acerca a la gloria. Pero el video que les había mostrado el Cholo a sus propios gladiadores, durante la semana en el microcine del Country, tenía una particularidad más: estaba editado con imágenes de clásicos entre Estudiantes y Gimnasia. A las palabras de Al Pacino le seguían jugadas del partido que se reeditó ayer. Así, el centímetro que tenía que ganar el equipo de fútbol americano se convertía en el que había que ganarle a la defensa del Lobo, en los espacios que había que quitarle a Cabrera...
Al Pacino entendía que un partido como ése que tenía por delante se llevaba un pedazo de la vida de cada uno de los protagonistas. No le faltaba razón. Pero en este caso, y consumada semejante goleada, para el Cholo y Estudiantes, ¿fue un domingo cualquiera?
El 7 a 0 no se olvida nunca más!!!
ResponderBorrarGracias por siempre a los jugadores y al DT.
Hay que festejar en todas las ciudades del país donde laten corazones pinchas!!!
Los pinchas de Bahía.
Obvio !!!
ResponderBorrarEl 15 vamos a estar todos en nuestra esquina festejando esa goleada HISTORICA.
Nadie puede faltar..
Abrazos para todos los campeones de la ciudad.
Sa-
El 15 La Plata debería estar cubierta por un ENORME 7 jaja
ResponderBorrarVAMOS PINCHA, QUE VAMOS A GANAR!!!!!!!
vamos todos!!!
ResponderBorrarpero papa pincha no pongas tapas del diario alakista
abajo el diario alak y q pare de tirarle mierda estudiantes
vamos pincharrata vamos a ganar
vamos pincharrata vamos a ganar
porqe el hoy esta caliente
porqe el turco ya se va
www.gulyfierro.blogspot.com
ResponderBorrarDIARIO HOY LA CONCHA DE TU MADREEE!
ResponderBorrarLA PROVINCIA
ResponderBorrarVentaja de Bruera en la puja por la intendencia
Una encuesta indica que obtiene el 25,2%, a tres puntos de Alak
Una ventaja de casi tres puntos tiene actualmente el diputado provincial Pablo Bruera, sobre el intendente Julio Alak, en la puja electoral por el gobierno del municipio platense, mientras que el postulante ubicado en tercer lugar, el funcionario nacional Carlos Castagneto, se ubica unos trece puntos por debajo de la cima del ránking.
salio en el dia...
y ayer en el "AYER" salia que ganaba el turco......DIARIO "AYER" LA CONCHA DE TU MADRE!! GENTE ABRA LA CABEZA NO COMPRE ESE DIARIO!!!
ResponderBorrarMUCHACHOS NO LES DEMOS BOLA. YA SABEN QUE NOS ENVIDIAN TODOS. DISFRUTEMOS SER HINCHAS DEL PINCHA, Y ALENTEMOS COMO SIEMPRE, AL EQUIPO Y AL CHOLO.
ResponderBorrarMIRANDO ESAS TAPAS NO PUEDO ENTENDER COMO HAY GENTE QUE CUESTIONE AL CHOLO O A LA BRUJITA (LA UNICA MANERA QUE ENTIENDO ES QUE SEAN INFILTRADOS DEL CAPITAN FRIO)
Y AUNQUE NO ME GUSTE AGUANTE BRUERA TAMBIEN
Hoy mas que nunca :
ResponderBorrarVAMOS PINCHA CONTRA TODOS!!!!!!!
Contra alak
Contra los medios locales y nacionales.
Contra la usina de rumores.
Contra los derrotistas y agoreros.
Contra la mala onda.
Contra los que aiembran divisiones an la familia pincharrata.
VAMOS PINCHA , QUE LA HINCHADA ESTARA PRESENYE MAS QUE NUNCA.
AGUANTE EL CHOLO POR SIEMPRE EN EL PINCHA, AGUANTE LA BRUJA, AGUANTE EL EQUIPO TODO.
POR LA VUELTA A LA VICTORIA !!!!!
PINCHA , SOS MI ENFERMADAD, CADA DIA TE QUIERO MAS!!!!!
15/10 se viene otra maraton !!!!!!
ResponderBorrarcorrecaminos!!!!! beep,beep!!!!!!!!
ya empeiza el partido vamos carajo!! no puede ir por un problema de salud, pero desde casa alentare como si estubiera ahi, besos a todos y vamos pincha!!!
ResponderBorrar2 de Veron ???
ResponderBorrarIncreible... muy bien, creo q se desperto el leon...
Y ahora que dicen?
vamos pincha carajo
ResponderBorraresta victoria va a servir y mas que no fue un simple 1-0 , falta igual pero es el punto de partida
fuerza pincha y saludo a todo el pueblo pincharrata.
Rugió el León!!!!!
ResponderBorrarVamos pincha carajo!!
Este triunfo es vital!!!!
ResponderBorrarSaludos a todo el pueblo pincha!!
GRACIAS BRUJA POR ESTA NOCHE !!!!!
ResponderBorrarGRACIAS POR MIS LAGRIMAS DE EMOCION EN TU PRIMER GOL.
GRACIAS POR SER EL MEJOR JUGADOR , EL DISTINTO, EL UNICO Y MAS GRANDE.
GRACIAS AL EQUIPO TODO POR LOS HUEVOS DE ESTA NOCHE.
GRACIAS CHOLO .
ASI PINCHA, ASI , VAMOS POR ESTE CAMINO. DE A POCO VA VOLVIENDO EL FUTBOL QUE QUEREMOS .
Ya quiero ver los goles en futbol de 1ra .
PARA VOS TRIPERO , ESE 7 A 0 NO SE OLVIDA MAS....
ah me olvidaba , el payaso del arbitro y los lineman LAMENTABLES!!!!!!
ResponderBorrarGracias Bruja!!! Tu vuelta me emociona y me hace llorar. La gente te alentó como te lo merecés.
ResponderBorrarBueno acá les dejo un resumen del partido con todos los datos y una fotito de la bruja levantando la mano con el dedo índice arriba como de costumbre despues de hacer un gol:
La brujita = dios
Saludos!!!
www.pincha-campeon.com.ar
21:33 Deportes (EL DIA)
ResponderBorrarCon Verón, el Pincha es otra cosa
Estudiantes derrotó esta noche a Argentinos con dos goles de la "Brujita", uno de cabeza y otro de penal y un tanto de Enzo Pérez. Los de Simeone cortaron la mala racha y sumaron de a tres
NO SABEN NI QUIENES HICIERON LOS GOLES!!!!!
SON TRISTES!
7777777777777777777777777777777777777777777777777777777777777777777777
La bruja es una sola (L)
ResponderBorrar[b] Bruja te amo [/b]
TE ACORDAS DEL 15 DE OCTUBRE DE 2006 TRIPERO ?? TE LO VAMOS A RECORDAR TODA TU TRISTERA VIDA
ResponderBorrarLink permanente: http://www.lanacion.com.ar/849761
Un 7 a 0 que no exageró la paliza de Estudiantes
El equipo de Simeone le dio una tunda histórica a Gimnasia: su superioridad fue abismal ante un rival quebrado, que terminó el clásico con dos hombres menos
La ficha del partido
LA PLATA.- La explicación del impensado y asombroso 7-0 no debe buscarse en hechos fortuitos ni en casualidades ni en ninguna otra cosa que no tenga que ver con estrictas razones futbolísticas. Pero la mención de lo "futbolístico" no debe dejar de lado nada de lo que el término abarca. La tunda histórica con que Estudiantes sacudió a Gimnasia fue la expresión acabada de una superioridad abismal en lo técnico, lo estratégico, lo individual y lo colectivo, lo anímico y lo físico. Tampoco debe creerse que las cifras fueron exageradas: de no haberse dado un final que no reconoce antecedentes cercanos, en el que los jugadores se pusieron de acuerdo para pedirle al árbitro Baldassi que detuviera el juego antes de lo que debía (ver aparte), Olave estaba condenado a seguir soportando goles.
Lo llamativo de la historia es que semejante paliza se haya encuadrado en un clásico, un tipo de compromiso en el que la voluntad suele remendar las diferencias que se producen en otros terrenos. Y probablemente en esa cuestión esté lo más curioso de lo visto ayer: por razones que seguramente ahora Gimnasia estará preguntándose, en competitividad y compromiso el Lobo fue una sombra de lo que podía esperarse. La explicación posterior de su DT, Pedro Troglio, sobre que el primer gol de Estudiantes "abrió" el partido, debe entenderse como un acto de indulgencia hacia sus jugadores. Más razonable sería suponer que el desgaste emocional y atlético que le demandó al equipo el triunfo sobre Fluminense por la Copa Sudamericana, cuatro días antes, pasó una factura carísima. Ese punto sí sería relativamente atendible, porque en términos de cantidad y calidad Gimnasia -al igual que muchos otros- no se mueve precisamente en la opulencia y es natural que sufra cuando debe multiplicarse en dos frentes.
Pero ni ese detalle ni ninguno de los otros atenuantes imaginables explican por sí solos la inmensa diferencia de concentración, velocidad y energía que hubo ayer entre uno y otro, algo así como un Airbus puesto en carrera contra una avioneta. El espejismo del comienzo, en el que pareció que la presión era una táctica y una actitud compartida, se esfumó apenas Olave cayó por primera vez. Cuando Galván conectó en palomita un bien pensado centro de Verón, apenas a los 3 minutos, no sólo puso en ventaja a Estudiantes: derrumbó de un solo golpe la voluntad de Gimnasia y abrió definitivamente las puertas de una fiesta inolvidable para su gente.
En un equipo que funciona bien, las razones colectivas se complementan con las individuales. Ayer, Estudiantes fue el gozoso beneficiario de la conjunción de ambas, porque dispuso de gente que vivió una tarde inspirada. A la cabeza de esa lista numerosa hay que anotar a Pavone, una topadora ingobernable para la defensa tripera. Para Herner, San Esteban y Goux, el delantero fue un suplicio interminable por su potencia, sus ganas de encarar siempre, su determinación para buscar el arco y su lucidez. Que sólo se haya sumado a la fiesta de goles con uno es apenas una anécdota, pero se trató de un golazo, pletórico de fuerza y precisión: culminó con un zurdazo fulminante una acción en la que Verón le ambientó la jugada y lo asistió.
A propósito de la Brujita: ayer asumió un perfil de conducción más relajado, porque los pistones que se movían a su alrededor le facilitaban el trabajo. Por todos lados le aparecía Braña, una aspiradora de pelotas y un león para perseguir -y alcanzar- rivales, mérito al que además le sumó buen criterio para desprenderse de la pelota. Galván se dio cuenta con rapidez de que entre él y Alvarez se bastarían para controlar el potencial peligro de las subidas de Cabrera y se soltó en ofensiva; lo hizo tan bien que anotó dos goles. También Sosa, adelantado, fue el volante positivo y vertical que muchas veces insinuó ser. Y Calderón, aun cuando su estilo es menos participativo, jamás relajó su olfato para el gol, como cuando madrugó a los adormecidos Goux y Olave en el cabezazo para el segundo tanto.
Aturdido, Gimnasia encaró el entretiempo con un 0-3 y un dilema: intentar la recuperación heroica o evitar la catástrofe. Casi no hubo tiempo de adivinar qué había decidido, porque enseguida Galván le tumbó la presunta rebeldía con el cuarto mazazo, después de un error increíble de Basualdo, que dejó pasar un centro de Sosa. Tan perturbado quedó el volante tripero que un minuto después se descontroló, golpeó a Alvarez y fue expulsado.
Pero por entonces el partido había perdido hasta la mínima condición de tal. Con casi la mitad del tiempo por delante, en el aire ya estaba instalada la sensación de que la cuenta de goles dependería del rigor o la clemencia de Estudiantes. Para mal del zarandeado Gimnasia, no estaba en el ánimo de su rival volverse piadoso o tan siquiera contemplativo ante su inferioridad numérica, profundizada cuando Escobar fue demasiado fuerte al choque con Angeleri y también se marchó al vestuario. Después de eso hubo tres goles más, cada uno de ellos imagen perfecta de la estupefacción de Gimnasia y del floreo de Estudiantes y de sus hinchas, que ya ven figurar en los libros la tarde más feliz de su historia en el clásico.
La mayor goleada en el derby platense
La de ayer fue la mayor diferencia de goles que se produjo en un clásico platense. En el profesionalismo, Estudiantes ya había vencido tres veces a Gimnasia por 6 a 1: el 13/3/1932, el 5/9/1948 (en ambos casos como local) y el 7/7/1968; el equipo tripero cuenta un 5-2 en su favor, 25/8/1973
Por Andrés Prestileo
De la Redacción de LA NACION
EL FESTEJO
Palermo, una visita "de la casa" en un vestuario feliz
Después del partido, en el vestuario de Estudiantes se recibió una visita especial: Martín Palermo (lesionado, no juega en Boca) saludó a los jugadores de su ex equipo.
EL FINAL
Baldassi aceptó un pedido y no recuperó los minutos perdidos
El clásico tuvo un final insólito: pese a que el juego estuvo cinco minutos parado por disturbios, el juez Baldassi atendió un pedido de los jugadores de terminar y no los recuperó.
EL HISTORIAL
Con 140 clásicos, Estudiantes sacó dos de ventaja
El de ayer fue el clásico platense número 140 del profesionalismo. Hay 46 éxitos de Estudiantes (suma 203 goles), 44 de Gimnasia (tiene 190 tantos) y 50 empates.
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Gustavo Ronzano
gronzano@clarin.com
Se necesita un instante, sólo uno, para separar felicidades de tristezas. Qué lejos habrán quedado entonces unas de otras esta vez, después que todos los instantes le sonrieron a Estudiantes. Y le dieron la espalda a Gimnasia. Y endulzaron media La Plata, la de blanco y rojo vertical. Y amargaron la otra, la de blanco y azul horizontal. Y todo, absolutamente todo, sin términos medios. A lo grande. Como nunca había pasado en la historia de este duelo. Estudiantes 7-Gimnasia 0. Fue una paliza. Fue una auténtica lección de punta a punta la que dio Estudiantes. Bueno, Estudiantes no... Los profesores de La Pata.
Y sería toda una ingenuidad enfocar semejante diferencia entre los unos y los otros en una sola cuestión. Que Gimnasia (como sucedió también cuando visitó a Independiente, en la cancha de Racing) llegó con las reservas físicas recortadas por su participación en la Sudamericana. Que el Cholo Simeone salió con línea de tres volantes (Verón-Braña-Galván) más José Sosa ubicado como enlace y que recién en el segundo tiempo (cuando ya todo era asunto liquidado) desempolvó el 4-4-2 con Sosa a la derecha y Verón libre, en el centro. Que Pavone estuvo intratable y desequilibró siempre. Que Calderón estuvo donde tiene que estar. Que Verón manejó todo el funcionamiento como un titiritero. Que Galván, sin brillar, llegó y también convirtió. Que Gimnasia terminó con nueve, por las expulsiones de Basualdo y Escobar. Que el árbitro Baldassi se apiadó del equipo de Troglio y dio por terminado el partido a los 90 exactos, cuando en realidad debió agregar al menos los cinco minutos de juego que estuvo parado el partido (a partir de los 34 del complemento) cuando la ira asomó en la hinchada de Gimnasia. Fueron tantos los argumentos que no hubo equivalencias.
Estudiantes, que quede claro, no ganó por algo en particular. Ganó por todo en general. Lo barrió a Gimnasia desde el inicio, con una postura sin dobleces. Salió a jugar el clásico con alma y vida, en todos los sectores. Y así, de entrada nomás, se adueñó hasta de la pelota más intrascendente. No se tiró atrás después del 1-0, aquél de Galván en el arranque tras un perfecto tiro libre de Verón. Al contrario. Siguió presionando, y consecuentemente anticipando. Pareció legítimo el gol anulado a Calderón por offside. Pero, claro, en el nombre del gol, siguió buscando. Y haría tres, nada menos...
Enseguida Calderón marcó el segundo y más tarde Pavone metió el tercero con un bombazo desde fuera del área. Aquel caño de Calderón a Herner, al rato, establecía las realidades. Estudiantes quería más, y su objetivo no parecía posarse en la lucha por el Apertura. Su mirada de depredador señalaba que sólo quería hacerle más goles a Gimnasia. Nada más. Nada menos.
De cara al segundo tiempo, Troglio puso a Leguizamón (delantero) por San Esteban (defensor), movió a Basualdo al otro costado. Quiso ponerle un despertador a su equipo. Pero fue imposible. A los cinco minutos de esa segunda parte Sosa, desde la derecha, despachó un centro pasado y por el otro lado aterrizó Galván para convertir el cuarto. Al minuto, falta de Basualdo a Pablo Alvarez. Segunda amarilla para Basualdo, primera roja para Gimnasia. Quedaba casi todo el segundo tiempo y hacía rato que el partido ya no era partido.
Se fue expulsado Escobar. Once contra nueve. Y llegó el quinto: otro pase largo de Verón a la derecha, Pavone abrió un surco y envió el servicio para que Calderón volviese a gritar. Y el sexto: el de Lugüercio, que había reemplazado dos minutos antes por Galván. Y el séptimo, tercero de Calderón. Felicidades y tristezas. Treinta mil almas en el contorno y adentro, una lección de fútbol. Una goleada que nació para gambetear el olvido.
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA 0
ResponderBorrarPavone: "Es para acordarnos toda la vida de esto"
Mario Rueda LA PLATA. CORRESPONSALIA
laplata@clarin.com
Insoportable. El ropero de Tres Sargentos y sus 82 kilos de efectiva potencia están tremendos. Ayer la defensa de Gimnasia padeció la presencia Mariano Hugo Pavone desde las 14:10 hasta las 16:05, tiempo que le demandó a Estudiantes asestarle a Gimnasia la goleada más terrible del historial de 141 partidos. ¿Pruebas?, contabilice. A los 7 minutos giró incómodo y le mandó un fortísimo voleo que el arquero Olave se esforzó en sacar por arriba del larguero. A los 15 se le escapó a sus marcas y asistió a Calderón que convirtió en posición fuera de juego. Once minutos después —su equipo ya estaba 2 goles arriba— no pudo entrarle bien a un pase en cortada y el arquero se quedó con el tiro débil y a los 34 clavó un zurdazo alto y cruzado desde afuera del área que determinó el 3 a 0 parcial. Y a los 45 peleó una pelota perdida y sacó un derechazo que rozó el palo. Ya en el complemento fue partícipe necesario del quinto gol habilitando muy bien a Calderón que tocó suave y sus jugadas decisivas siguen...
"Hoy conseguimos algo que quedará en la historia. Vamos a ser unos nonos bien viejitos y cuando nos crucemos por la calle con la gente que estuvo en la cancha nos va a recordar este partido que fue realmente increíble", relata con el pelo mojado y aroma a champú.
Con seis marcas en las cachas de su revólver en el actual certamen y 39 en total, su poder de fuego permanece intacto por más que en algunos partidos la pifie y dilapide goles hechos. "Hicimos los que debíamos de los partidos anteriores y creo que hasta pudimos anotar un par más esta tarde. Y no hablo por hablar porque no me gusta sacar partido de esta goleada ante Gimnasia. A mi me tocó perder 4 a 1 en su cancha y eso no le gusta a nadie. Lo bueno fue que mejoramos lo realizado en la primera parte y que pudimos redondear un juego bárbaro ante el rival de toda la vida".
—Vuelan tan alto después de este triunfo que ya están pisándoles los talones a Boca. ¿Se tiran al título?
—Seguro. Es que demostramos que estamos para dar pelea y dentro de un fútbol muy competitivo impusimos un estilo de juego que nos alienta a pelear hasta la última fecha.
—¿Creés que después de estas actuaciones estás más cerca de pasar a un club importante?
—Yo sigo progresando en todos los aspectos y hoy puedo decir que estoy en lo mejor de mi carrera. Así que veremos qué pasa más adelante.
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA 0
ResponderBorrarCalderón: "Si podíamos hacer diez, los hacíamos"
Apenas cabía tanta alegría en su rostro al salir del vestuario. La sonrisa que recorría su cara de punta a punta no podía disimularse. Y no era para menos. José Luis Calderón acababa de vivir su tarde soñada. Sólo un ratito antes, el atacante había marcado, por tercera vez en su carrera, tres goles en un partido. Y justo en un clásico, en uno de esos partidos que todo jugador quiere ganar. Semejante hecho no podía resultarle menor. Y por eso, la algarabía quedó reflejada en cada una de sus palabras.
"Esto es un sueño. Nadie pensaba que el encuentro podía terminar con un resultado tan amplio. Jugamos muy concentrados todo el tiempo, y nunca nos relajamos", afirmó el goleador. Luego, con la felicidad esperable por haberle ganado con mucha autoridad al rival de la ciudad, pero sin perder el respeto por éste y por sus jugadores, destacó: "Se jugó muy simple. No sobramos nunca porque cuando uno pierde no le gusta que le hagan eso. De todas formas, siempre fuimos para adelante y si podían hacerse diez goles, se los hacía".
Iban sólo 22 minutos del primer tiempo. Estudiantes ya vencía 1-0, pero Gimnasia no estaba derrotado aún. Y Calderón comenzó a sentenciar el clásico. Un pelotazo largo de Ortíz encontró a Olave y a Herner desatentos, y ahí estuvo el delantero, rápido, pícaro, para, con su cabeza, cambiar el trayecto del balón y poner a su equipo dos tantos arriba. Lo gritó con alma y vida, igual que gritó el segundo que hizo (fue el quinto de Estudiantes) y el tercero (último de la goleada), uno tras un pase de Pavone y otro tras una larga habilitación de Verón. Y esa emoción para gritar fue parecida a la que utilizó luego para asegurar que "cuando empezó el partido me di cuenta de que venía para goleada. Hoy metimos todos los goles que antes no podíamos hacer. Esto es una alegría inmensa para mis hijos y para toda la gente que me apoyó".
El abultado triunfo trajo como lógica consecuencia la ilusión de la gente de Estudiantes de que su equipo pueda pelear por el campeonato. Y por supuesto, este tema no podía quedar fuera de la conversación. Sin embargo, a la hora de hablar de ello, el goleador, al contrario de lo que fue su actuación en la cancha, eligió la mesura. "Entramos en la historia. Pero si perdemos el próximo domingo esto ya no sirve de nada. Por eso, hay que pensar en el partido que viene, que es ahora para nosotros el más importante", manifestó.
Así, entre palabras plenas de satisfacción, se fue Calderón del Estadio Unico. Atrás habían quedado algunas cosas que llenarían de orgullo a cualquier jugador . Entre ellas, hacer tres goles en un clásico y tener un lugar reservado en la historia grande de Estudiantes.
http://www.clarin.com/diario/2006/10/16/deportes/d-01302.htm
ResponderBorrarESTUDIANTES 7 - GIMNASIA 0 : LA BRUJITA LE PIDIO A BALDASSI QUE LO TERMINARA ANTES
"Me puse en la piel de ellos"
Consumada la goleada, los últimos minutos del encuentro transcurrían en medio de un carnaval en la tribuna local y Estudiantes tocaba y tocaba. En la cabecera visitante se habían producido incidentes entre los hinchas y la Policía y el encuentro estuvo suspendido 7 minutos. Cuando volvieron, Estudiantes metió el 7-0 y Gimnasia, con dos menos por las expulsiones de Basualdo y Escobar, estaba a punto de perder los estribos. Gustavo Semino (había entrado a los 8 del segundo tiempo por Cuevas) era el más nervioso.
Entonces, en el medio de la cancha, Baldassi escuchó a Esteban González (¿le pidió que terminara el partido sin conceder descuento?). De inmediato la Brujita Verón llamó a sus compañeros hasta su terreno y les pidió que dejaran de jugar. Baldassi lo terminó, sin dar descuento.
—Verón, ¿se apiadaron del rival al final del partido y por eso no quisiste jugar el descuento?
—No es eso, es que me puse en la piel de los que están enfrente y no es lindo perder un partido así. Pero esto es un juego y no hay que dramatizar.
Calderón, en referencia al mismo episodio, sólo dijo: "No, lo que hablamos no lo voy a contar. Eso quedará en la intimidad de los que estábamos ahí."
Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/849797
ResponderBorrarUna sonrisa entre setecientas mil
Alejandro Di Lázzaro
De la Redacción de LA NACION
Ojalá que el campeonato se termine hoy. Que no haya ni un partido más hasta el año que viene. Que la semana dure tres meses
Es que en el microclima de La Plata todos los locos del fútbol estamos esperando eso, ganarle al Lobo, hacerle muchos goles, doblegarlo de una manera tan contundente que no queden dudas de quién es el mandamás de la ciudad. Digo, por si quedaba alguna duda.
Tengo ganas de ser un alumno de la primaria ¡y de ir a la escuela!, cosa que merecería la urgente intervención médica. Me salgo de la vaina por trabajar en una oficina pública, en un estudio de abogados, en los Tribunales, en cualquier dependencia pública No importa que hoy sea feriado. Igualmente voy a darme una vuelta por 7 y 51, por el bar de la esquina, o por todos los de la calle 8, esos que tienen las mesitas afuera, hasta que me agarre una úlcera de tanto café.
Si me quieren ubicar, si quieren saber cómo es mi cara, busquen al de la sonrisa de oreja a oreja. Ojo, puede ser que haya mil, diez mil, cien mil con sonrisa plena. O mejor dicho: siete mil, setenta mil, setecientos mil. Todos múltiplos de siete.
ESTUDIANTES: DE FRENTE
ResponderBorrarUno más y no jodemos más
Enloquecidos como nunca, insaciables, los hinchas de Estudiantes apelaron a este hit después del 4-0. Y lo siguieron cantando, y lo siguieron cantando, y lo siguieron cantando. Caldera y compañía, claro, no los dejaron en banda. Y fue un orgasmo único.
SERGIO MAFFEI. smaffei@ole.com.ar
SIETE agradecimientos para un día inolvidable (con números romanos, como se reconocen las gestas históricas).
I) A Verón, el hijo pródigo. No es casualidad que esta goleada única se haya logrado de su mano. En su primer clásico, la Brujita contagió al plantel, impuso su pasión de hincha y, en el 4-0, pidió ir por más. Fue al frente como jugador y como emblema. Tan influyente es que sólo faltó en una de las SIETE victorias que suma el equipo.
II) Al Tanque; y Caldera, que en su rol de padre opacó el Día de la Madre. La dupla jugó el partido perfecto. Si se les abrió el arco, como parece, cuidado con Estudiantes. Y vale también el reconocimiento para Galván, desde ayer libre de pecados por todo lo que falló antes. El Cholo lo había dicho: sus goles iban a ser claves. Y los dos que hizo sellaron el clásico. Con el primero lo abrió y con el cuarto lo liquidó. Entre los tres, anote, no hicieron SIETE, sino ocho de los últimos diez goles del equipo en el torneo.
III) A los hinchas-jugadores: Alayes, Verón, Calderón, Lugüercio (cómo gritó su gol, herencia de Inferiores). Y los que juegan como tales: Alvarez, Braña y Pavone. SIETE piezas que pusieron fútbol, sentimiento y corazón.
IV) A los héroes silenciosos. el Tano Ortiz, Sosita (en cada partido va dejando atrás el diminutivo) y Andújar. Desde que se metió en el equipo, le devolvió la tranquilidad al arco. ¿Cuánto vale tener guantes seguros? Con Herrera era SIETE a uno, con él van 322 minutos sin goles. Que no se corte, Mariano.
V) A Simeone. Porque piloteó la tormenta tras el partido SIETE (0-1 con Central) de su ciclo, porque está acertando en los cambios, porque bancó a jugadores cuestionados, porque armó un equipo sólido (es la valla menos vencida del campeonato) y porque la Chololeta ya tiene su sello.
VI) A la dignidad y seriedad con la que jugó el equipo. Goleó a su rival desde el primer minuto. De entrada, mano a mano, fue paliza; 11 contra 10 fue paliza; y 11 contra 9 fue paliza. Pero jamás se burló, a pesar de que el marco invitaba. No tocó la pelota a los costados sin sentido, fue siempre al frente. Marcó SIETE goles y quiso hacer más, un gesto que en esta clase de partidos se debe respetar.
VII) A la gente, por su fiesta en la cancha y en la calle SIETE. A guardar esa entrada por los siglos de los siglos. Esta tapa de Olé. Y el video del partido (uno más), que se suma a la colección de proezas. Porque lo que hoy se disfruta, con el tiempo tendrá su verdadero valor. ¿O acaso después de un título no se sueña con una goleada así? Tanto se le insistió a Estudiantes con ser local en el estadio Ciudad de La Plata que, en el debut, había que quedar en la historia... Qué te parece.
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA LP 0 : MARIANO PAVONE
ResponderBorrar"Nos vamos a acordar de esto hasta cuando seamos viejitos"
El Tanque, tras ser una de las grandes figuras del clásico, se fue a compartir la alegría con mamá Graciela. Todavía no podía creer semejante goleada.
JUAN M. ALLAN. jmallan@ole.com.ar
Cuánto tenía para dar Mariano Pavone! Hasta ayer se lamentaba por no haber anotado en clásicos platenses de Primera (le sobraban gritos en Juveniles y Reserva), pero se tenía fe para el 140ø. Venía siendo figura con o sin goles, imparable para las defensas por su potencia y hasta por un juego asociado más técnico que el que lo había llevado a consagrarse goleador del Cl. 05. Y ante Gimnasia fue el líder de la goleada de todos los tiempos. Ya en la paz de su casa, rodeado por su familia y disfrutando de los mimos de mamá Graciela, el Tanque revivió la tarde histórica: "Valió la pena esperar tanto para hacerle un gol a Gimnasia. Lo de hoy es algo histórico. Imborrable. Cuando seamos viejitos nos vamos a acordar... La hinchada se acordará siempre de esta tarde".
—¿Por qué te tenías tanta fe en la semana?
—Había dicho que cambiaba un gol mío por un triunfo de Estudiantes, pero también que me veía muy bien para convertir y para ganar. Y se dio tal cual.
—No vas a poder dormir.
—Va a ser imposible después de esta hazaña. Y me imagino que a la gente le costará también. La ciudad será una fiesta. Lo que conseguimos no se repetirá todos los días.
—La gente ahora va a exigir de acuerdo a lo que vio ante Gimnasia.
—Seguro. Va a exigir porque nosotros demostramos que estamos para dar pelea. Con todo lo que significa jugar un clásico, y en el fútbol tan competitivo de hoy en día, es lógico que exijan. Pero debemos ser conscientes de que debemos ir partido por partido.
—¿Estudiantes es el equipo que mejor juega?
—No sé, pero tenemos grandes jugadores. En el clásico volvimos a ser tan efectivos como contra Lanús. Tuvimos diez, once jugadas, y metimos siete. Además, todos los jugadores que entran están enchufados.
—¿Tenías que frotarte los ojos para creerlo?
—Es cierto. No podíamos creerlo. Ya en el primer tiempo íbamos 3-0, y eso era increíble. Pero teníamos que hacer de cuenta que íbamos 0-0 para no relajarnos. Nos había pasado en un clásico que nos fuimos ganando 2-0 al entretiempo y después nos lo empataron y casi lo perdimos. Pero en el segundo tiempo, jugamos igual o mejor que en el primero.
—Ratificaste que estás en tu mejor momento.
—Puedo decir que estoy en lo mejor de mi carrera. Siempre tengo cosas por mejorar, pero estoy feliz por mi momento.
Graciela no quiere sacarse la camiseta con la que fue a la cancha. La lleva orgullosa: "Todavía estoy emocionada por él y por todos. ¡Qué alegría! Encima en el día de la madre. Igual, Mariano es un chico fenomenal, todas las noches nos llama por teléfono a Tres Sargentos y nos dice: ''Cuídense, los quiero mucho''". El hijo ejemplar. El jugador ejemplar.
LA PLATA (CORRESPONSAL).
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA LP 0
ResponderBorrarLe hizo precio
Y La Plata se volvió loca: nunca se había dado un 7-0 en el clásico, y hasta pudo ser por varios goles más... El Pincha jugó un partido perfecto. El Lobo apenas fue su sombra.
RICARDO GOTTA rgotta@ole.com.ar
Vamos a buscar el partido", gritó Verón, ceño fruncido, voz arrastrada, en la arenga de la manga. Al rato, mientras allá la hinchada del Lobo lloraba la afrenta, la Bruja se sonreía, cuchicheaba y se abrazaba con Caldera, otro Pincha desde el corazón, como dos pibes con una fortuna en caramelos y chocolates.
Nunca lo es y menos en este caso. No fue una casualidad el 7-0. No sólo fue obra de los Dioses. Pudo ser de dos cifras, y no es una frase dicha porque sí. Ese "vamos a..." de la Bruja se tradujo de entrada en el césped. Estudiantes salió a abrumar al Lobo, nunca como esta vez un gatito cansado e indefenso. Le salió a comer los talones bien adelante. Un pressing ofensivo que requirió una buena cuota de energía y que aprovechó una evidente merma física del rival. El Cholo armó una estrategia basada en comerle el hígado. Pedro jugó su fortuna en que la motivación de un clásico ocultase el cansancio del músculo. Grave error. Lo pagó carísimo.
Aplanadora. Cuando Pavone encaró la primera vez a Herner se pudo presagiar lo que vendría. Parecieron jugadores de distintas categorías. Cuando Galván frenteó al gol a los 3'', el Pincha le abrió la puerta a lo inevitable. Si habitualmente Verón marca diferencia con su pegada y su visión, ni qué hablar si los rivales no pueden seguirle el tren, porque él se mueve con inteligencia y sube cerca del lateral derecho. Y cuando lo ahogaron a Verón, Sosa tomó la manija; Braña raspó para anular el menor intento rival; Galván no paró de ir y venir, de ser constante posibilidad de descarga y de llegada libre para clavar dos goles. Encima, dos leones hambrientos y confiados como Pavone y Caldera para aplastar los defensores.
El Pincha y el partido soñado. Le salieron todas, incluso pese al línea Cagni. Fue un juego tan perfecto como inimaginable desde la razón. Tanto que aún levantando el pie del acelerador en la etapa final, no le faltó el respeto al rival y cumplió con su hinchada, que pidió uno más...
La felicidad. Claro que existe. Baila loca la banda del Pincha debajo de su loca tribuna. El humo es rojo y es blanco. El Cholo espía con una sonrisa impecable. Pedro tiene una mirada avergonzada y herida. ¿Cómo no sentirse Dios tras una goleada así? ¿Cómo salir del pozo tras devorarse un 0-7?
Esa banda baila loca: lleva los colores pintados en el alma. Con el alma gestó una goleada inolvidable.
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA LP 0: YO DIGO
ResponderBorrar¡No saben cómo me hubiera gustado jugarlo!
MARTIN PALERMO. Fana del Pincha.
¿Qué puedo decir de esta sensacional goleada que no se haya dicho todavía? Es impresionante y muy emocionante. Se trata de un hecho histórico y por suerte lo viví como un hincha cualquiera, en la cancha. Claro que, en realidad, me hubiera gustado muchísimo más que me tocara jugarlo, haber estado dentro de la cancha, como uno más de los muchachos. Es que se dio el partido soñado por todos los jugadores de fútbol, y más si uno es delantero como yo. Una goleada así, y más en un clásico, se disfruta de una manera increíble, igual que como deben estar haciéndolo los chicos por estas horas.
Estudiantes jugó un partido excelente en todas las líneas. Y es imposible pensar que hubo una única figura: la figura fue el equipo. El Pincha fue superior de punta a punta y le regaló a la gente una alegría que no se va a poder olvidar por mucho tiempo. La verdad que estaría bueno que pudiera jugar de nuevo un clásico platense. El tiempo dirá si vuelvo a ponerme esa camiseta en algún momento. Todo puede ser.
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA LP 0
ResponderBorrarCaldera tuvo un sueño
"¿Quién dijo que yo nunca soñé con un clásico así?", dijo.
José Luis Calderón tiene algo especial con los clásicos. El último triunfo como visitante de Estudiantes ante el Lobo fue el 3 a 0 de 1995, en el que fue genio y figura con dos goles. Y la última victoria también había sido suya: 1 a 0 en 57 y 1, el año pasado. De todos modos, ni en los sueños, Caldera se hubiera imaginado semejante tarde. ¿O sí? "¿Y quién te dijo que yo nunca soñé con un clásico así?", desafió el goleador.
Calderón hizo el segundo del Pincha tras un error grosero de Goux; el cuarto luego de un arrastre de Pavone, su compañero ideal; y el sexto, tras que Verón le pusiera un pase profundo e impecable que lo dejó mano a mano con Olave. "Sabemos que es histórico, y que la gente no se lo va a olvidar nunca más. Nosotros también estamos felices, aunque tenemos que ganarle a Godoy Cruz para seguir prendidos", comentó, feliz y generoso también por Pavone y los goles de Galván: "El Tanque se merece lo que le está pasando. Y también Diego, que hace un trabajo importantísimo".
ESTUDIANTES 7 - GIMNASIA LP 0
ResponderBorrar¿Un domingo cualquiera?
Así se llama el film protagonizado por Al Pacino que Simeone le mostró a su equipo. "Fue clave", se dijo.
JUAN MANUEL ALLAN. jallan@ole.com.ar
El partido empezó a ganarlo el Cholo en la semana. El fue clave". El comentario de los jugadores fue insistente. Primero Calderón, después Pavone. "El video nos emocionó", confesó Verón. ¿Qué video? ¿De qué partido? Los protagonistas no quisieron revelarlo, prefirieron mantenerlo en la intimidad.
Sin embargo, Olé descifró el misterio: en la semana, Simeone los había motivado con una edición de la película "Un domingo cualquiera", protagonizada por Al Pacino. Pero no toda la película sino una escena clave de ella. Al Pacino es el entrenador de un equipo de fútbol americano, que está a punto de afrontar un partido clave de los play offs. En la charla técnica el entrenador les dice a sus jugadores que están ante la cita de sus vidas, y va creciendo en emoción la arenga: "We fight for that inch. We die for that inch!" ("Peleamos por esa pulgada, ¡morimos por esa pulgada!"). Al Pacino hace girar su arenga en que cada centímetro del terreno es vital, y que en cada uno se va la vida de los protagonistas. Que cada centímetro ganado los acerca a la gloria. Pero el video que les había mostrado el Cholo a sus propios gladiadores, durante la semana en el microcine del Country, tenía una particularidad más: estaba editado con imágenes de clásicos entre Estudiantes y Gimnasia. A las palabras de Al Pacino le seguían jugadas del partido que se reeditó ayer. Así, el centímetro que tenía que ganar el equipo de fútbol americano se convertía en el que había que ganarle a la defensa del Lobo, en los espacios que había que quitarle a Cabrera...
Al Pacino entendía que un partido como ése que tenía por delante se llevaba un pedazo de la vida de cada uno de los protagonistas. No le faltaba razón. Pero en este caso, y consumada semejante goleada, para el Cholo y Estudiantes, ¿fue un domingo cualquiera?